Los hijos de Andrea Casiraghi conquistan el Gran Premio de Mónaco

Los pequeños Sasha e India se convirtieron en los protagonistas de la visita de la Familia Real monegasca al Gran Premio de Fórmula 1

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¡Coches y celebrities! No hay nada que defina mejor el Gran Premio de Formula 1 de Mónaco. Como cada año, el Principado se ha vestido de gala para recibir a lo más granado del mundo del motor y, como no, a la crème de la crème de la alta sociedad. ¡Oh, là, là! Por allí se han dejado ver desde Elsa Pataky y Chris Hemsworth hasta las tops Adriana Lima, Kate Upton y Bella Hadid o la piloto Carmen Jordá. Pero, sin duda, los que consiguieron llevarse todos los flashes fueron dos pequeños que no debían tener muy claro ni qué era aquello de la Fórmula 1. Ay, si es que estaban para comérselos...

Los pequeños Sasha e India Casiraghi acudieron al circuito acompañados por sus padres, Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, que no les quitaron el ojo de encima en toda la jornada. ¡Cómo para dejarles solos! Con gafas de sol -¿podemos llamarlos ya 'it-babies'?- y cogidos de la mano, observaron con gran interés todo lo que se cocía a su alrededor. Preguntaban, señalaban y posaban para los fotógrafos como si llevasen toda la vida haciéndolo. Bueno, de hecho, ¡así es!

Pero no fueron los únicos royals que acudieron al evento. Allí se encontraban también Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, que no quisieron perderse la cita pese a tener que dejar al pequeño Stefano en casa -con tres meses no está para muchas carreras-. La estrecha relación que une a los hermanos quedó evidenciada con el cariño que tanto Pierre como Beatrice le dedicaron a los hijos de Andrea. Seguro que son unos tíos estupendos, de esos que te compran chucherías cuando te quedas con ellos.

Más institucionales pudimos ver a los príncipes Alberto y Charlène. Él con gafas de sol de lo más deportivas y ella con un corte de pelo ideal para el verano y un vestido rojo que causó sensación entre los presentes. Una lástima que optaran por dejar a los pequeños Jaime y Gabriela en casa. ¡Con lo monísimos que son! Desde luego, el baby boom monaguesco nos tiene encantados. ¿Se nota?

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