¿Existe la maldición de las 'boy bands'?

Los últimos. La salida de Zayn destruyó a sus fans, y el resto de sus compañeros aguantaron el tipo como pudieron. Unos meses más tarde, son ellos los que anuncian que se separan (de manera temporal, eso sí). Necesitan emprender proyectos en solitario y crecer. Que suele ser, al final, lo que más reclaman los componentes de estas bandas.

Ni la familia puede salvarte de 'la maldición de las Boy-bands'. Auque montes el grupo con tus dos hermanos, tarde o temprano el grupo terminará separándose. Aquí están los Jonas Brother para demostrarlo, cinco años de carrera juntos y dos películas Disney rodadas, cada uno hace su guerra aparte. Uno casado, otro ennoviado de una de las modelos más bellas del mundo, Gigi Hadid, y el otro presumiendo de abdominales a la mínima de cambio. Le vemos un sólido futuro a Nick como tronista.

Ellos no fueron una 'Boy-band' al uso, pero nos vale para ilustrar el caso. Jóvenes, inexpertos y con ganas de comerse el mundo. Hasta que se empacharon. Dani Martín aseguró que la culpa de que no funcionara el proyecto fue de que no existió ninguna figura que les ayudara a construir una carrera, que les hiciera crecer llegado determinado momento. Por eso, el líder,  cuando notó que ya no podría seguir avanzando al lado del resto de la banda, empezó a hacer su guerra por su lado. “Busqué por mí mismo esa manera de crecer y madurar”.

Los 80 fueron suyos y a finales de los 90 ya nadie nos acordábamos de ellos. Así de fácil. Las 'Boy-bands' entran con mucha fuerza en nuestra vida, y salen de una manera igual de meteórica. Fueron unos pioneros, tras ellos llegaron el resto, y sus maneras allanaron el terreno a los demás. Recientemente, se unieron a otro grupo clave de chicos como los Backstreet Boys a ver si así, juntando los fans de unos y de otros, remontaban el vuelo. Sus componentes se casaron, muchos se olvidaron de la música, y hubo quien empezó a sentir ataques de pánico, tras haber copado estadios con sus conciertos.

Haced memoria. En los 90, y llegados de Reino Unido, aterrizaron en nuestro corazón Take That. ¿Nuestro preferido? Ese canallita de nombre Robbie Williams descarado y ultra tatuado. Su salida del grupo sumió en un shock emocional a muchas (y muchos). Por suerte ahí seguían Mark Owen, Gary Barlow, Howard Donald o Jason Orange (que se fue en 2014) para reconfortarnos. Ya como trío el grupo pasa por sus horas más bajas, y no hay ni rastro de aquel relumbrón que tuvo hace 20 años.

En N'Sync pasaba como en Destiny's Child, que había un líder que llamaba la atención y el resto, al final, quedaban en meras coristas. Justin Timberlake tuvo a 4 compañeros que le hicieron los coros mientras él se dedicaba a destacar. Y vaya si lo hizo. Se lanzó en solitario, probó suerte como actor y todas las facetas sorprendió. Hasta cuando compró Myspace cuando nadie quería saber nada de esta red social. Digamos que, ahí fue donde únicamente patinó. El resto de sus compañeros han probado suerte como presentadores, actores, han tonteado con la música, pero nada mínimamente parecido al estrellato de Timberlake.

¡Todo no está perdido! Aunque han estado en silencio mucho tiempo, la banda ha descubierto el filón que tiene la nostalgia, y han decidido reunirse para tocar en cruceros y protagonizar algún que otro anuncio. Su último disco se publicó en 2013, aunque todavía, en los conciertos, les siguen pidiendo que canten eso de "everybodyyyy yeahhhh, rock your bodyyyy yeahhhh". Los clásicos nunca mueren.