El mejor secreto de belleza de Isabel Preysler, su propia crema para el rostro

Isabel Preysler
Gtres

Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

Si había una famosa que tenía que sacar su propia marca de cosméticos al mercado, esa tenía que ser Isabel Preysler. Que nos perdonen el resto, pero si hay una piel que envidiemos del mundo de la farándula, esa es la de la madre de Tamara Falcó. Y saber que ahora tendremos al alcance de nuestras manos la crema que le deja la piel de una quinceañera, pues qué queréis que os digamos, que hasta nos hace más ilusión que una mañana de Reyes.

Isabel Preysler, la Benjamin Button filipina, se atreve con un nuevo negocio empresarial, el lanzamiento de sus cuidados de belleza, para que cuando alguien le pregunte “¿cómo lo haces?”, ella, ni corta ni perezosa, pueda recomendar sus potingues cosméticos. Pero qué movimiento tan inteligente, Isabel.

Te damos más datos de este salvavidas ‘beauty’ que promete dejarnos una piel de cine: se venderá en farmacias, se comercializará a partir de febrero y se llamará ‘My Cream’, directo y sin complicaciones. A la hidratante habrá que sumarle un contorno de ojos, un sérum rejuvenecedor (y, con ella de imagen, bien que nos lo creemos), y otro producto para usar alrededor de los labios, una zona que hay que mimar y prestar especial atención, pues suele ser uno de los mayores indicadores de la edad.

Se trata por tanto de una línea destinada a las pieles maduras, o a aquellas que comienzan a necesitar de la ayuda extra de las cremas ‘antiaging’, esas con primeras arruguitas y que desean recuperar la luminosidad de antaño. ¿Y cómo se consigue esto? Trabajando desde el interior y tratando de eliminar las células muertas de la piel, revelando así una piel renovada.

El inteligentísimo movimiento de Isabel viene precedido del éxito que tuvo hace unos años una crema que, se suponía, era la que usaba Isabel Preysler. Con un precio que no llegaba a los 5 euros, esta crema, según decía la leyenda urbana, era la que Isabel usaba en rostro, cuello, escote y manos. Por su precio pocas se quedaron sin probarla, aunque la viuda de Miguel Boyer nunca había dicho que la usara. Pero la leyenda ya había sido construida y asentada. Las clientas la pedían en la farmacia por “la crema de la Preysler” y los farmacéuticos sabían perfectamente qué les estaban pidiendo. Las ventas se dispararon y hay quien dijo que fue algo que aprovecharon para aumentarle el precio.

Si esto ocurrió con una crema que ella jamás llegó a confirmar que usaba, imaginad qué puede ocurrir con My Cream. No tenemos poderes adivinatorios pero no nos cuesta imaginar, en muchas casas, uno o dos de los productos de esta nueva línea.

También hay que recordar que Isabel no sólo se cuida por fuera, sino también por dentro. La exmujer de Julio Iglesias lleva una alimentación muy vigilada, en la que no se hace grandes concesiones y en la que se apuesta por los productos frescos y de temporada. Y es que ella bien sabe que para estar bien por fuera, hay que estar bien por dentro.

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