Como cada año, Anne Igartiburu ha vuelto al país con el que guarda una relación más estrecha. La India simboliza una de las piedra más importantes que le han permitido construir una familia maravillosa y de la que no puede estar más orgullosa. Además, es donde encontró sus raíces espirituales que, siendo la presentadora una mujer de fuertes convicciones, pocas cosas pueden haber más importantes para ella.
Anne ha enfocado este viaje como una experiencia con la que "seguir aprendiendo" y crecer como persona. De nuevo, su destino ha sido el orfanato de Ankur, institución en la que adoptó en 2004 a su hija Noa. O como ha contado en alguna ocasión, Noa "dice que no la he adoptado yo sino que ella me ha adoptado a mí". La joven es la mayor de tres hermanos: Carmen y Nicolás. Carmen fue adoptada en 2013 en Vietnam, y Nicolás, que acaba de cumplir un año, fue el primer hijo biológico de la presentadora, fruto de su relación con el director de orquesta Pablo Heras-Casado.
El orfanato está coordinado por las Hermanas de la Caridad de Santa Ana a quienes Anne Igartiburu admira tan profundamente que le han inspirado unas emocionantes palabras. "Hay mujeres en el mundo, a las que admiro nada más mirar, nada más sentir. Hay mujeres de las que quiero aprender, absorber su esencia y crecer con y por ellas. Esas que inspiran y te mueven por dentro con su palabra, sus actos y sus miradas". Cada vez que la conductora de 'Corazón' de La 1 viaja a la India, donde se dedica a labores solidarias, se acaba convirtiendo en un trayecto interior más que exterior. El día a día con las hermanas, entre las que se encuentra la madrina de Noa, Sor Primi Vela, no puede haberle hecho conectar más consigo misma. A pesar de que están padeciendo los efectos devastadores de un monzón que se ha adelantado, Anne está concentrada en el trabajo y sabe que, invariablemente, "después de la tormenta siempre llega la calma".