Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS
I-d-é-n-t-i-c-a-s. Así son estas dos mujeres que bien podrían compartir genes pero que no lo hacen. Unidas por Hollywood, una de manera profesional y otra de manera marital, Anne Hathaway y Amal Alamuddin parecen, en algunos momentos la misma persona.
Las dos tienen el rostro estrecho y largo, la sonrisa amplia y blanquísima, los ojos oscuros y algo tristes, y ambas poseen un pelo brillante y precioso. Si la vida de Amal se trasladara a la pantalla, los productores tendrían a la actriz perfecta para interpretarla en Anne, y creemos que sería todo un acierto. Si ya hemos visto trasladado a la pantalla grande la vida de Julian Asange, ¿por qué no la de su abogada? Todo lo que ha vivido Amal nos parece sumamente interesante y es un ejemplo de lucha y superación para todos.
Como recordaron en los Globos de Oro, “Amal es una abogada en pro de lo los derechos humanos, trabajó en el caso de Enron, asesora de Kofi Annan durante el conflicto de Siria y fue una de las tres personas elegidas para formar parte de la comisión de las Naciones Unidas que estudia los crímenes de guerra en el franja de Gaza”. “Y quien recibe un premio a su carrera es su marido”, bromeaba Tina Fey. Y es que la guionista y actriz tiene toda la razón, quien se merece un galardón es ella, o al menos que su vida sea llevada al cine. Y si ese día llegara, estamos tranquilos porque tendríamos a la mejor Amal en la pantalla grande. Una Anne Hathaway volviendo a lucir melena larga, con elegantes trajes, peleando por los derechos de los que no tienen voz y emocionándonos como hizo en ‘Los Miserables’. Eso nos huele a Oscar, fijaros bien lo que os decimos.
Ellas se suman así a la larga lista de famosos que han encontrado a su gemela en el show business, como Katy Perry y Zooey Deschanel, Tom Hardy y Logan Marshall Green o Javier Bardem y Jeffrey Dean Morgan.
¿Para cuando una quedada con ellas dos vestidas idénticas, abrazando su ‘clonismo’ y dejando muda a la prensa?