Como muchos otros padres de Reino Unido, el príncipe Guillermo y Kate Middleton están viviendo un auténtico reto en su vivienda de Norfolk en Anmer Hall. Ante un nuevo confinamiento, los duques de Cambridge han tenido que volver a lidiar con el teletrabajo y la crianza de sus tres hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis. En especial, de sus dos primeros, quienes tienen que seguir con su educación desde su casa, en lugar de asistir a su colegio, el centro Thomas’s Battersea en Londres.
Un reto desafiante al que ya tuvieron que hacer frente el pasado marzo. Entonces, el príncipe Guillermo reconoció que se había dado cuenta de que tenía menos paciencia de la que creía. Sin embargo, junto a Kate Middleton ha puesto en marcha una gran cantidad de técnicas para criar a sus hijos, una labor en la que ambos siempre se han volcado.
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Kate Middleton y el príncipe Guillermo junto a sus hijos, George, Louis y Charlotte, en su felicitación de Navidad
La experta real Katie Nicholl ha asegurado a la revista OK! que para la duquesa de Sussex tiene una gran importancia el tiempo que sus hijos pasas al aire libre e intenta limitar al máximo el tiempo que estos pasan enfrente de pantallas, algo complicado en la actualidad, ya que tienen que seguir sus clases online. “Kate ha estado interesada en cómo el aprendizaje al aire libre puede beneficiar a los niños […] Kate es consciente del tiempo que pasa frente a la pantalla y trata de limitar la exposición de los niños. Cuando estos tienen tiempo libre, los lleva fuera, llueva o haga sol”.
Además, Kate Middleton y el príncipe Guillermo intentan que los pequeños apliquen todo lo aprendido durante el tiempo que pasan al aire libre. “Si están aprendiendo sobre los ríos o el mar, la pareja intenta incorporar eso a sus caminatas”, ha explicado. Además, a los príncipes George, Charlotte y Louis le encanta poder recoger verdura con ella en los jardines de palacio.
La pareja ya se sinceró durante el primer encierro con la cadena BBC sobre cómo lo estaban viviendo. Entonces, Kate reconoció que sus hijos tenían mucha energía. "Los niños tienen tanta resistencia. No sé cómo, honestamente. Llegas al final del día y escribes una lista de todas las cosas que has hecho ese día. “Los niños tienen tanta resistencia. No sé cómo, honestamente. Llegas al final del día y escribes una lista de todas las cosas que has hecho ese día. Has montado una carpa, desmontas la carpa de nuevo, cocinas, horneas, llegas al final del día y ellos se lo han pasado genial”, afirmaba entonces.