Nina, sobre cómo se mantiene delgada a sus 58 años: “Me guío por la dieta del sentido común; no tiene nada que ver con la abstinencia ni mucho menos pasar hambre"

La cantante y actriz sigue inspirándonos. A sus 58, publica su libro ‘Menopausia: Los mejores años de tu vida” en los que nos confiesa los secretos de la alimentación que le han permitido llegar estupenda a esta edad y no engordar

Nina
@nina_academia

Como nos explicó para esta revista el especialista en nutrición femenina Javier García, uno de los síntomas más habituales de la menopausia tiene que ver con el “aumento de peso y perímetro de la cintura” porque nuestro cuerpo acumula más grasa, entre otros cambios.

Nina, como toda mujer a su edad, ha tenido que lidiar con estos síntomas. Aunque, en su caso, una buena alimentación heredada de sus abuelos le ha permitido hacer frente a estos síntomas sin poner kilos. El pasado viernes la veíamos en Tu cara me suena vistiendo el mismo vestido con el que presentó Nacida para amar en Eurovisión aquel 1989 que ha quedado tan atrás. “Me han tenido que abrir las costuras un poco”, reconocía con humildad. Pero lo cierto es que Nina se mantiene estupenda, y en buena medida se lo debe a una serie de trucos muy sencillos que aplica a su forma de comer.

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Somos lo que comemos

“Ante los primeros síntomas de la menopausia, nos alarmamos y buscamos soluciones rápidas y efectivas a través de suplementos y remedios milagrosos”, escribe Nina en el capítulo que dedica a la alimentación en su libro Menopausia: Los mejores años de tu vida. Su conclusión, tras experimentar cambios en su cuerpo y lidiar con ellos, es que “no nos damos cuenta de que es el propio organismo el que, a través de la alimentación, puede poner solución tanto a los desajustes naturales como a aquellos que provocamos con excesos y hábitos poco saludables”.

En su caso, su ocupación le ha obligado a cuidar mucho de la alimentación desde la juventud. “Una digestión pesada, además de alterar el bienestar físico y mental, afecta, y mucho, a la voz”, explica la protagonista de la versión española del musical Mamma Mia! “Y no solo”, continua, “os sorprendería saber hasta qué punto una alimentación adecuada, junto con la actividad física, incide positivamente en la seguridad y la tranquilidad necesarias para subir a un escenario y exponerte al público”.

Para mantener el cuerpazo que luce a sus 58 años, no le han hecho falta ni dietas milagrosas ni suplementos mágicos. “Mis hábitos no tienen demasiado misterio ni complicación. Me guío por ‘la dieta del sentido común’. No es una dieta en el sentido estricto de la palabra. No tiene nada que ver con la restricción, la abstinencia y mucho menos aún el ‘pasar hambre’ que se asociar al hecho de seguir un régimen alimentario”, escribe en su libro.

No, la ‘dieta del sentido común’ a la que se refiere Nina la hereda, como ella misma explica, de su abuelo Joan, que “murió a los 98 años, delgado y más sano que una manzana”. La dieta de siempre es la que funciona.

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Lo tradicional

Nina narra en su libro como fue la alimentación de su infancia que, asegura, ha sido clave para su relación con la comida como adulta.

Tal como la describe, la suya fue una alimentación 100% natural, “Kilómetro cero, como se dice ahora”, añade la actriz y cantante. Y es que, en su pequeño pueblo, lo que se comía era la fruta y la verdura que crecía en el campo colindante.

A esta variedad de verduras, que se consumían crudas y en cocidos, la familia añadía una buena dosis de legumbres. Esto, como ha demostrado la ciencia posteriormente, es clave para tener una salud excelente. Las legumbres son una fuente de proteína vegetal excelente que, además, mejora la función cardiovascular.

“En casa comíamos poca carne. El pescado, ni olerlo”, recuerda la cantante. Estos hábitos tan variados y ricos en vegetales se los ha llevado a la vida adulta. Y confiesa que ha sido tan importante para ella, que en todas las giras viaja con “una maleta para la ropa y otra para los utensilios de cocina”.

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Sin obsesiones

En su vida como actriz y cantante, ha mantenido las tradiciones familiares. Confiesa en su libro que lleva siempre “una maleta para la ropa y otra para los utensilios de cocina”. Hasta recuerda haber cocinado durante la representación de Mamma Mia!, para poder cenar algo ligero antes de la última función. Todo este esfuerzo tiene recompensa, pero también es agotador. Por eso la actriz le da “vacaciones a su cerebro” cuando no tiene grandes proyectos. “Dejarnos ir y saborear algún capricho de vez en cuando es tan importante como poner orden y control en la casa donde vivimos: el cuerpo”, escribe la intérprete.

Aunque a todo esto le suma un detalle que jamás cambia en su cocina y que la ha ayudado a mantener el peso a lo largo de toda su carrera, incluso ahora que la menopausia ha llamado a su puerta.

Aceite de oliva virgen extra
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¿Aceite? Solo en crudo

En 1997, la carrera de Nina se encontraba en su punto álgido y compaginaba tres proyectos muy exigentes. Entre naranjos, Nissaga de poder y Compañero. Su vida atravesaba también muchos cambios a nivel personal, y notó que empezaba a engordar.

Preocupada por motivos profesionales, contactó con una naturópata, Rosa, que le recomendó dejar de cocinar con aceite. “Salí de la consulta convencida de que me sería imposible no echar aceite en la cazuela y encontrar la comida sabrosa”, explica Nina en su libro. “Milagrosamente, el plato era infinitamente más gustoso”, recuerda pensar al cocinar por primera vez con agua, en lugar de con aceite. “Desde entonces, el aceite no toca el fuego”.

Eso no quiere decir que no lo consuma. Como sabemos, el aceite de oliva virgen extra tiene grasas saludables que son esenciales para la salud, en especial durante la menopausia. Pero, como explicaba Sandra Moñino en su podcast Con jengibre y limón, al calentar el aceite, este pierde muchas de sus propiedades.

Es por eso por lo que Nina solo consume el aceite en crudo. Lo añade a ensaladas, a la pasta ya cocinada e incluso al arroz cocido. Con la sal hace lo mismo. Jamás toca el fuego, pero se la añade a las comidas en crudo. “En mi caso, que tengo la presión bajísima, la sal en la ensalada o en las verduras me viene bien”, explica. Para ella, ha marcado un antes y un después que le ha permitido mantener el peso sin grandes esfuerzos.