Mónica Hoyos encuentra un enemigo en la casa, El Koala

A la presentadora y actriz le escama tanta sonrisa, en los momentos más inoportunos, por parte de su compañero

GH VIP 6: Mónica Hoyos encuentra un enemigo en la casa, El Koala
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Miriam Saavedra ha pasado, por obra y gracia de El Koala, a ser el mal menor de Mónica Hoyos en la casa de GH VIP 6. La peruana se ha buscado un nuevo enemigo y ha encontrado en las risas del cantautor rústico el objetivo de sus dardos.

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Lara Álvarez, en la Última Hora del reality, ha descubierto cómo se gestó la tensión entre ellos que closionó con Hoyos plantándole cara en Límite 48 Horas. Según hemos podido ver, la presentadora siente, de cierto modo, que el andaluz está buscando “liarla” en la casa. Todo empezó cuando, minutos antes de que diera comienzo el programa de los martes, El Koala bromeó con que si Aramis e Isa iban al confesionario “a encerrar a Miriam”, a lo que Hoyos apostilló, “por mí bien”. La otra ex de Carlos Lozano se enfadó con los comentarios y dijo: “no vayas por ahí porque yo no te estoy buscando”, aunque no sabemos muy bien a quién se lo dirigió, si a una u a otro; el caso es que del ‘Corral’ se escabulló asegurando que él “no quería malos rollos”. Todo esto le olió a chamusquina a Mónica que entendió que “quiere liarla, se te está viendo el plumero”. “No sabes a quién te enfrentas, tienes que tener cuidado”, prosiguió Hoyos. A Miriam le sentó fatal el comentario, “no voy a permitir que nadie me ataque”, decía, llorando, en el confesionario.

Tras esto, se desataba el drama. En ‘Límite 48 Horas’, Mónica volvía a poner de manifiesto sus problemas con Miriam, un momento que Koala aprovechó para soltar unas risitas que terminaron de rematar a Hoyos. “No sé de qué te ríes”, “yo tampoco lo sé. Se me escapa la risa”, respondía sin poder aguantarse las carcajadas. Mónica trataba de hacerle entender que esas diferencias que le hacían gracia, implicaban, en ocasiones, a una menor y le herían profundamente. Después, esta comentaba con Aurah que no le cabía duda que su compañero de casa lo había hecho “aposta” para recibir “más aplausos”. “Es más listo que el hambre”, apostillaba.

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