Mónaco concluye el día grande del Principado con su tradicional cena de gala

La velada estuvo marcada por las ausencias de la jornada (Carlota, Pauline y Camille) a las que se sumaron Alejandra de Hannover, Estefanía y su hijo Louis

Actualizado a 20 de noviembre de 2019, 15:12

Como cada año, Mónaco concluía ayer su día grande con una tradicional cena de gala. Durante el día, en el que estuvieron reunidos la mayor parte de la familia Grimaldi, sí hubo notadas ausencias, sobre todo la de Carlota Casiraghi, en el que hubiera sido su primer Día Nacional junto a su marido, Dimitri Rassam. A la joven royal se le sumaron sus primas Pauline y Camille, hijas de Estefanía de Mónaco.

Tras la imposición de medallas, la misa en la Catedral, la exhibición castrense y los saludos en el balcón, donde los más pequeños se convirtieron en claros protagonistas del posado, la familia principesca con Alberto y Charlene de Mónaco a la cabeza concluía la jornada con una cena de gala que, de nuevo, estuvo marcada por grandes ausencias.

Además de Carlota y sus primas, también faltaron Alejandra de Hannover, la princesa Estefanía, y su hijo Louis con Marie Chevallier, quienes sí que asistieron a los eventos diurnos.

Despedida del Día Nacional de Mónaco

Aún se saborea la "resaca" del Principado con motivo de la celebración ayer día 19 de noviembre del Día Nacional de Mónaco, que reunió prácticamente a toda la familia Grimaldi -incluidos los más pequeños de la casa-. Después de la tradicional imposición de medallas, la misa en la Catedral, la exhibición castrense y los saludos en el balcón, la jornada se clausuró con una cena de gala protagonizada por los príncipes Alberto y Charlene.

Un 'look' sorprendente

Ella no deja de sorprender y, a pesar de que en ocasiones se olvida del protocolo, ya advirtió al casarse con Alberto de Mónaco que no sería una princesa al uso. "Seré una princesa a mi manera", confesó Charlene Wittstock en su día, y así lo hace.

Anoche mismo volvió a ser centro de todas las miradas con la elección del estilismo que llevó a la cena de clausura del día grande del Principado. La etiqueta exigía vestidos de gala para ellas, y chaqué con pajarita para ellos. Sin embargo, la princesa acudió con un traje chaqueta de corte masculino en negro, con camisa blanca cerrada al cuello, decorado con la banda conmemorativa con los colores de Mónaco y una pulsera y pendientes XL, a juego con el color de su labial. A pesar de que el estilismo resultaba impecable en la percha de Charlene, no era el apropiado para este tipo de veladas.

Guiño a su país

Siempre acertada, Carolina de Mónaco volvió a dar en el clavo con su elección, además de realizar un honorífico guiño a su patria. De rojo y firmado por Chanel, escogió un diseño largo de terciopelo, de manga larga y adornado con la misma banda que lució su cuñada.

Junto a ella llegaron su hijo Andrea Casiraghi, sin Tatiana Santo Domingo, y su nuera, Beatrice Borromeo, sin su marido Pierre.

Ramos de flores para ellas

Durante la entrada a la cena de gala, varias niñas vestidas con los trajes regionales de Mónaco realizaron un pequeño baile tradicional y fueron las encargadas de entregar algunos ramos de flores a las mujeres de la familia Grimaldi.

Una pareja de excepción

Beatrice Borromeo y Andrea Andrea Casiraghi se convirtieron en pareja de baile por una noche. Ninguno de los dos royals acudió con su pareja -ni Pierre ni Tatiana-, por lo que fueron los encargados de acompañar a Carolina de Mónaco durante la velada.

La italiana, que sin duda fue de las más acertadas en cuanto a los estilismos de día, volvió a acertar por la noche. La italiana se decantó por un diseño de la casa Dior con transparencias en la parte superior que corresponde a la colección Resort de 2020 y que Beatrice ha lucido adaptado a su cuerpo y estilo.