Un emocionado príncipe Alberto encuentra en Charlene su mejor consuelo

Se hicieron de rogar, pero Charlene y Mónaco volvieron a aparecer juntos en un acto oficial la semana pasada después de dos meses sin coincidir en un evento público.

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Charlene, gran protagonista del Día Nacional de Mónaco

Parece que vuelven los buenos tiempos para la pareja royal que, siempre entre rumores y otras conjeturas, suelen llevar una agenda por separado. La princesa, cada vez más ausente en los compromisos que atañen a la Casa Real monegasca, se ha dejado ver dos veces la última semana -una de ellos con su marido-, y el día grande del Principado no iba a ser menos.

Durante el Día Nacional de Mónaco, la familia Grimaldi asiste a una ceremonia religiosa y protagoniza uno de los posados más esperados del año, todos unidos en el balcón de Palacio. Además, este año se ha realizado un homenaje muy especial con. La orquesta de carabinieris ha interpretado el himno Amazing Grace en recuerdo de la princesa, que hubiera cumplido 90 años el pasado 12 de noviembre.

Sin soltar el brazo de su marido, Charlene ha mostrado su faceta más empática y comprometida mientras sonaba la solemne melodía. El príncipe Alberto no ha ocultado su emoción en recuerdo de su madre mientras los integrantes de la banda musical formaban una "G" en la explanada del Palacio. La melodía se ha iniciado al ritmo de un gaitero -el padre de Grace Kelly era irlandés-creando la atmósfera perfecta para homenajear a la inolvidable princesa.

También junto a sus hermanas, Carolina y Estefanía, el soberano ha vivido con especial emoción este momento de recuerdo su madre, a la que perdió tras un fatal accidente de tráfico cuando él tan solo tenía 24 años. Las causas reales de la tragedia continúan a día de hoy sin esclarecerse. Al acabar la música, Alberto se ha recogido dentro de Palacio para salir de nuevo al balcón minutos más tarde.

Sincerándose recientemente sobre sus sentimientos hacia su madre, Alberto hablaba muy emocionado en una entrevista a la cadena de radio francesa RFM. "Lo que recuerdo es su gran amabilidad, su increíble generosidad de corazón y de mente. Ella siempre estaba lista para escuchar al otro. Era una persona tan generosa, radiante de bondad. Todavía me conmueve mucho cuando hablo con personas que la conocieron, que fueron tocadas por mi madre".

La familia al completo, con los pequeños Jacques y Gabriella también asomados para el tradicional posado, los cuatro royals han disfrutado en compañía del resto de Grimaldis de una representación de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos llegada de Washington. Los malabarismos que han realizado con sus rifles han dejado boquiabiertos a los mellizos que no han dudado en agitar sus banderas monegascas en señal de orgullo y emoción.