En los últimos meses Terelu Campos (59 años) está sorprendiendo con muchas de sus declaraciones. La vida de la hija de María Teresa Campos es de sobra conocida por la gran mayoría, puesto que desde hace muchos años es un rostro habitual de nuestra televisión. Sin embargo, había determinadas cuestiones de las que no había querido ofrecer demasiados detalles, como por ejemplo los de su lucha contra el cáncer. Ahora ha hablado de lo que supuso verse con peluca en un momento de la enfermedad.
Durante su paso por ‘Supervivientes 2025’ la madre de Alejandra Rubio no dudó en abrirse en canal. Lo hizo confesando algunas de las cuestiones que había optado por mantener en silencio. Sin embargo, las condiciones en que se encontraba en Honduras propiciaron que se abriera como nunca antes lo había hecho con algunos de sus compañeros que no dudaron en arroparla con un sincero abrazo que también se lo enviaban desde la distancia los presentadores del programa de Telecinco al escucharla.
Su confesión sobre el cáncer
La hermana de Carmen Borrego siempre se ha mostrado muy natural en sus apariciones televisivas. Sin embargo, había una línea que no había querido cruzar, ya que como ella misma confesó en los Cayos Cochinos, no es algo por lo que no hayan pasado miles de mujeres en el mundo. Esa imagen de vulnerabilidad no ha sido la única que ha mostrado, ya que ha acudido a ‘¡De viernes!’ para someterse a una sesión de hipnosis donde ha hablado de su enfermedad.
La colaboradora mantenía una conversación donde se sinceraba sobre algunos de estos aspectos del cáncer que ha tenido que pasar por dos ocasiones. “Me acostaba con el miedo a que se cayeran los mechones de pelo mientras dormía”, revelaba totalmente compungida. Y es que recibir un tratamiento de quimioterapia tan agresivo tiene sus consecuencias que muchas mujeres pasan y sufren con este gran temor.
Sin embargo, ella quiso hablar del momento en que apareció en televisión con una peluca, un momento traumático al que no le quedó otra que enfrentarse públicamente debido a su profesión. “Detesto verme con la peluca porque me siento disfrazada pero lo hice por no generar más morbo. Recuerdo el primer día de la peluca que pedí que nadie me preguntara. Todo eso me generó una inseguridad y un sufrimiento espantoso”, confesaba Terelu.
Desafortunadamente, con el paso del tiempo se produjo la misma situación, algo totalmente inesperado para la mayor de las Campos. “El segundo cáncer me arrasó la vida, no fue el primero. No me lo esperaba, fui a una revisión y pensé que era una broma del destino. Ahí tomé la decisión de cortar por lo sano, una doble mastectomía que ha tenido muchas consecuencias”, explicaba sobre su decisión tajante.
Su temor para el futuro
A este respecto la colaboradora quiso también dejar claro que ella es la persona más crítica consigo misma. “Por mi manera de ser, soy mi peor crítica, la que más se flagela”, decía. Tanto es el temor que tiene en la actualidad por este tipo de enfermedades que no dudó en expresarlo públicamente. “Hoy tengo miedo a la enfermedad”, sentenciaba sobre este miedo debido a las diferentes experiencias que ha tenido.
Tras ello procedía a explicar la petición que le había realizado a su hija. “Vivir la decadencia e injusta de mi madre me ha provocado muchísimo miedo, tanto, que se lo dije a mi hija. A mí me matas… Compro la pastillita y me matas”, confesaba muy sincera. “No quiero pasar por esto ni quiero que nadie que quiero sufra esto. La peor enfermedad es la que te devora por dentro. Es terrible”, revelaba Terelu.
Estas palabras le recordaban evidentemente a todo el calvario que tuvo que sufrir con su madre en los últimos años de su vida. Por ello, no dudó en hacer una referencia a su progenitora. “Mi madre no tuvo Alzheimer, tuvo una demencia. Hubiera preferido sufrir yo a que sufriera ella”, manifestaba sobre este dolor que sintió al ver la forma en que se encontraba su madre en sus últimos días.
No obstante, Terelu quiso hacer también una reflexión muy profunda sobre todo lo que ha hecho a lo largo de su vida. “No quiero morirme creyendo que he pasado de puntillas por la vida. He adquirido capas y corazas para que las manifestaciones a las que estoy expuesta me afecten lo menos posible”, concluía. De esta manera, esa coraza le ayuda a poder enfrentarse a todo lo que se comenta sobre ella debido al trabajo que tiene y la enorme exposición a la que está sometida.
