¡Ya está aquí! Meghan Markle y el príncipe Harry anunciaban el pasado domingo el nacimiento de su segunda hija en común tras nueve meses de dulce espera. Lilibet Diana Mountbatten-Windsor llegó al mundo el viernes 4 de junio en el hospital Santa Bárbara Cottage de California, pero sus orgullosos papás decidieron ocultarlo durante dos días. Un hecho que demuestra lo mucho que han cambiado las cosas en los dos años que hace que recibieron a Archie Harrison.

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Kate, Guillermo, Harry y Meghan

Como ya no forman parte de la familia real británica, Meghan y Harry han podido anunciar el nacimiento de su segunda hija como han querido. En el caso de Archie, el palacio de Buckingham confirmaba que la duquesa de Sussex estaba dando a luz el lunes 5 de mayo después de que el Daily Mail informara en exclusiva de los hechos. Entones, tan solo se conocía que era un niño y detalles como el nombre o el centro en el que la exactriz había dado a luz no se conocieron hasta más tarde.

Regalos para Archie

No se ha ido con las manos vacías. Muchos de los niños han querido tener un detalle con el duque de Sussex y le han entregado regalos para su hijo Archie. Algo que a Harry le ha emocionado mucho.

Además, el príncipe Harry compareció en solitario ante los medios de comunicación desde Windsor. “Estoy muy emocionado de anunciar que Meghan y yo hemos tenido un niño esta mañana. Un niño sano”, aseguraba entonces. Además, hubo que esperar dos días hasta que lo presentaron al mundo.

En esta ocasión, Meghan y Harry parecen estar dispuestos a hacer las cosas a su manera. En esta ocasión, ellos mismos han emitido un comunicado anunciando la noticia a través de la web de la fundación Archwell. Para vivir estos momentos en la intimidad, lo han hecho dos días después de que Lili, como ya se conoce a la pequeña, llegara al mundo. Además, en esta confirmación sí que desvelaban el nombre y también informaban del lugar en el que la duquesa de Sussex habían dado a luz.

Otro de los detalles que parece haber cambiado ha sido la presentación oficial. Según publica en Reino Unido, Meghan y Harry no tienen ninguna intención de distribuir una fotografía en el que se vea el rostro de la pequeña, para así mantener su intimidad. Además, ambos se van a coger una baja de maternidad de “más de 20 semanas”, según el Daily Mail, para disfrutar de la pequeña y dar ejemplo a todos. Algo que, eso sí, ya hicieron con Archie, cuando, aunque no de manera oficial, sí que se borraron del mapa.