Ha sido un día agridulce para los reyes Felipe y Letizia. Por un lado, este 22 de mayo, la pareja real hace 21 años de casados. Un día muy especial en el que recordar aquel icónico momento en el que toda España se detuvo para verles dar el 'sí quiero'. Letizia lucía un vestido que ha pasado a la historia y que se ha analizado hasta la saciedad, mientras toda la familia real celebraba que el futuro rey había encontrado una compañera.
Sin embargo, hoy también ha sido un día triste porque los monarcas han tenido que despedirse de un ser querido: Serafín Sedano, capellán del Palacio de la Zarzuela durante muchos años. El religioso, que tenía 92 años, abandonó su puesto hace apenas unos meses debido a los achaques de la edad.
Sedano no solo daba la misma de los domingos en palacio, sino que también estuvo presente en momentos claves de la familia Borbón. Por ejemplo, asistió a Rouco Varela en los bautizos de la princesa Leonor, la infanta Sofía e Irene Urdangarin. Es por todo ello que Felipe y Letizia no han querido perderse su funeral.
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Los soberanos han llegado alrededor de las 19.00h a la Capilla de los Alabarderos del cuartel El Rey de la Guardia Real. La pareja ha acudido en coche, que conducía Felipe, y han saludado a los medios de comunicación allí reunidos.
El estado del matrimonio de los reyes
La noticia de este fallecimiento ha llegado en un día en que todos los ojos estaban puestos en su matrimonio. Aunque ya han pasado más de dos décadas, la relación de Felipe y Letizia sigue despertando mucha curiosidad. La revista Lecturas ha querido analizar cómo han evolucionado desde esa famosa ceremonia y ha hablado con la psicóloga Lara Ferreiro al respecto. "Ambos están en una fase de amor profundo", ha empezado diciendo la autora del libro 'Adicta a un gilipollas'.
"Para saber dónde están Felipe y Letizia hay que entender las pantallas del amor. La primera pantalla es la fase de la efervescencia que dura de uno a dos años, donde la hormona de fidelidad está súper alta; por eso cuando alguien está enamorado, de verdad, es imposible ser infiel. La testosterona y la hormona del deseo sexual están altísimas. Dos primeros años en los que todo es maravilloso, y nosotras generamos mucha oxitocina", ha narrado Ferreiro.
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"La segunda pantalla es la zona de tranquilidad, en la que segregamos endorfinas y nos sentimos felices sin esa explosión de deseo. Luego, la pantalla tres es la de la crisis de los cinco años y/o diez años, que muchas veces coinciden cuando nacen los hijos. Aquí es complicado, muchas parejas se divorcian o pasan a relación abierta. De hecho, se dice que los Reyes tuvieron muchísimas crisis", señala.
A pesar de todas ellas, los padres de Leonor y Sofía lograron superar todos los obstáculos y seguir adelante. "Luego llega la pantalla cuatro que es la del amor profundo, que es donde estarían los Reyes. Sabes lo que hay y están tranquilos, se han perdonado todo lo que haya habido, aunque salgan otras informaciones, se les ve bien cariñosos y habrían pasado por todo, porque llevan más de 20 años. ¡Es mucho tiempo!", reflexiona la colaboradora de televisión.
Además de esta evolución, Ferreiro también ha pensado mucho en la diferencia de cinco años que separan a los monarcas. "Ellos se sacan 5 años y es muy interesante. La edad ideal en el amor es que se saquen uno o dos años de diferencia máximo cinco, y son los que suelen llegar a la pantalla cuatro y la final. Los que se sacan más de diez años con su pareja el 50% rompen y suelen quedarse en la pantalla 3, en la de crisis o peleas. Las de más de 20 años de diferencia suelen quedarse en la pantalla uno, rompen en un 95%", explica Lara.
De esta manera, "Felipe y Letizia llevan 20 años juntos por lo que están en una etapa de amor profundo y luego se sacan 5 años con lo que tienen todas las papeletas de llegar hasta el final de sus días juntos", afirma Ferreiro. Además, el hecho de pasar por situaciones tan complicadas y salir airosos, les da mucha solidez.
El vestido de Letizia
Es posible que el vestido de novia sea el secreto mejor guardado de una boda. Y si ese enlace se produce en una Casa Real, aún más. Cuando Felipe y Letizia anunciaron su compromisos, se puso en marcha toda una maquinaria para saber el máximo posible sobre el vestido que luciría aquella joven periodista de la que se sabía muy poco. Una de las primeras informaciones que salió es que estaría diseñado por Manuel Pertegaz, un modisto español que trabajaba un estilo sofisticado a la vez que defendía la tradición.
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Pero, ¿Fue acertado? ¿Le gustó a Letizia? Para hablar de todo ello, la revista Lecturas ha hablado con Asun Domínguez, experta en patronaje y confección nos da las claves de esta joya histórica. "Yo creo que doña Letizia sí volvería a ponérselo", comienza diciendo. Y es que, aunque se ha hablado mucho sobre si era un diseño o no acertado, Asun tiene claro que sí. "Era una boda real, era la futura Reina de España y eso conlleva un protocolo", ha señalado.
En este sentido, la prenda que tenía que llevar la futura reina de España tenía que cumplir unas características muy claras. "Debe ser atemporal y exclusivo, estar diseñado para ella. Un diseño ajustado a su figura, confeccionado con tejidos lujosos y con una gran cola", ha dicho. Además, el vestido le quedaba perfectamente gracias al corte de princesa. "Dibuja perfectamente el seno, entalla la cintura y se abre en el bajo. No tiene corte en la cintura, lo que implica un gasto de tejido muchísimo mayor", describe.
Domínguez también ha señalado elementos clave como "el cuello chimenea es una de las partes más características del vestido. Escote pico, bordado por dentro y por fuera con hilo de plata y oro. Le hace muy elegante, le hace parecer más regia", afirma. Todo un análisis sobre como ese vestido reunía todas las claves para que Letizia empezara esta nueva era en su vida.