Pies sanos y sin dolor

¿Tus pies te provocan molestias a menudo? Te ayudamos a tomar medidas para evitarlas

Pies sanos y sin dolor

Se calcula que aproximadamente la mitad de la población siente dolor de pies al caminar (en el talón, la planta o los dedos) y el porcentaje llega incluso hasta el 73% en las mujeres por llevar tacones, asegura una investigación realizada por la Universidad Complutense de Madrid. Te explicamos cómo reducir esas molestias.

Las medidas que debes tomar

El peso justo. Cuantos más kilos deben aguantar los pies, más sufren. Un estudio de la American Orthopaedic Foot & Ankle Society asegura que el 41% de los pacientes con dolor en los pies que visitan al especialista habían puesto peso antes de que empezaran las molestias.

Vigila la postura al andar. Si adoptas una mala posición al caminar, se producen desequilibrios que llevan a que una parte del pie soporte más peso del que le correspondería y, por tanto, se sobrecarga y acaba doliendo.

Escoge los zapatos adecuados. Utilizar un calzado muy estrecho o con los cordones demasiado apretados puede inflamar el pie.

Ve al podólogo. Durezas, uñas encarnadas, juanetes... provocan importantes molestias que pueden resolverse con una simple visita al especialista. También deberías consultar con él si tienes dolores recurrentes en los pies. Podrías tener una alteración (problema reumático, fascitis plantar, lesión ósea...) que debería ser tratada.

Remedios que alivian

Remojo. Ante un dolor puntual, calma bastante poner los pies en remojo de agua tibia con sal. A continuación, acaláralos con agua muy fría para activar la circulación.

Masaje. Aplícate en los pies un poco de aceite de romero tras la ducha, dando suaves masajes circulares. Enseguida notarás menos dolor. También funcionan los aceites de lavanda (calmante) o de eucalipto (bactericida).

Tacones altos, evítalos

Si utilizas de forma regular tacones de más de 3 centímetros y finos, tus pies difícilmente estarán sanos. El peso recae sobre la punta del pie, las articulaciones de los dedos se inflaman y las uñas pueden clavarse en la carne. Además, el tendón de Aquiles se acorta y eso genera dolor en los gemelos y en las rodillas.

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