Mamografías: ¿son peligrosas y provocan cáncer?

Conoce los pros y los contras de las revisiones para detectar el cáncer de mama

Cáncer de mama

Algunos expertos afirman que las mamografías son peligrosas porque se somete a la mujer a un exceso de radiación y porque pueden dar lugar a falsos diagnósticos de cáncer de mama. Otros insisten en que salvan vidas. Pese a que puede ser una prueba molesta, su uso periódico se ha generalizado en todos los sistemas de salud occidentales para la detección precoz del cáncer de mama, a partir de cierta edad, generalmente los cincuenta años. Según fuentes especializadas, gracias a ellas se han reducido las muertes por este tipo de tumor hasta un 30%. Pero... ¿cuántas mamografías es razonable hacerse? ¿Y qué hay de fundamento en las críticas que se le hace a esta prueba?

Rodeadas de polémica

"El uso sistemático de las mamografías ha causado mucha polémica en los últimos años –explica José Ignacio Sánchez Méndez, coordinador de la Unidad de Mama del Hospital La Paz de Madrid–. Pero, a pesar del debate, sabemos que sus beneficios son muy superiores a sus riesgos y por eso se aconsejan las mamografías regulares a partir de determinadas edades".
Los de mama son los tumores en los que resultan más eficaces los cribados, es decir, las revisiones regulares para detectarlos. Gracias a ello se han reducido las muertes por cáncer de mama entre un 20 y un 30%. Uno de los últimos trabajos, publicado en 2015 en 'The New England Journal of Medicine', aseguraba que las mamografías reducen el riesgo de mortalidad por cáncer de mama en un 40%.
En España, como en la mayoría de los países occidentales, se recomienda la realización de una mamografía cada uno o dos años a partir de los cincuenta y hasta los 69. El objetivo es localizar lo antes posible una lesión cancerosa puesto que, todos los expertos coinciden, la detección precoz es el arma más eficaz contra el cáncer de mama.

Usan radiación

La mamografía es una prueba realizada con ayuda de rayos X. "Sin embargo, su riesgo está muy controlado –explica Sánchez Méndez–. La posibilidad de que se produzcan lesiones derivadas de la irradiación es muy baja, incluso si una persona se hiciera una mamografía anual durante muchos años".

Son muy molestas

Según estudios realizados en Estados Unidos, más de un 40% de mujeres evitan su mamografía anual, en alguna ocasión, por culpa de las molestias que implica la compresión de la mama. En España, ha empezado a utilizarse una nueva generación de mamógrafos más ergonómicos y que permiten a la paciente controlar la compresión de la mama durante la prueba, reduciendo la sensación de dolor y angustia. De momento, el Hospital del Mar de Barcelona ha sido el primer centro público en implantarlo.

Falsos negativos

La mamografía es poco eficaz para explorar las mamas jóvenes, que son muy densas. Este tipo de tejido hace que la imagen obtenida se opaque e impida ver las posibles lesiones. Esa es la razón precisamente de que se recomienden los cribados –es decir, las pruebas sistemáticas con mamografía– a partir de los 50 años, tras la menopausia, cuando las mamas son más grasas: el riesgo de falsos negativos en este tipo de pacientes es inferior a un 5%. "Las mamografías no se utilizan en mujeres de 30 años, salvo excepciones –explica Sánchez Méndez–, supone someterlas a una irradiación innecesaria sin obtener ningún beneficio a cambio". Por eso, en las pruebas, el radiólogo apunta cada vez con más frecuencia cuál es la densidad de la mama de la mujer, porque es un factor determinante sobre la seguridad de sus resultados.

Exceso de diagnóstico

Es una de las críticas más frecuentes y de las más polémicas. Con la mamografía se detectan y se tratan de forma innecesaria lesiones minúsculas que, quizá, nunca hubieran dado la cara o hubieran desaparecido. Otros estudios demuestran, al contrario, que la revisión periódica a partir de los 50 con mamografías evita quimioterapias y cirugías radicales como la mastectomía, al detectarse los tumores en estadios muy tempranos. "Hay un debate sin resolver, pero es indiscutible que el tamaño de los cánceres que se detectan hoy es mucho más pequeño y los tratamientos, gracias a ello, mucho más conservadores –explica Sánchez–. El exceso de diagnósticos queda compensado por las vidas que salva la mamografía".

Cuándo hay que hacerlas

En la mayoría de los países occidentales se prescriben mamografías de despistaje –revisión sistemática para una detección precoz– cada uno o dos años entre los 50 y los 70 años. En España se han empezado a prescribir, de forma habitual, a partir de los 45 años, aunque no está claro que esas revisiones mejoren la supervivencia. Antes de los 45, tienen poca capacidad diagnóstica.

Otras técnicas para detectar cáncer

La mamografía digital es otra tecnología que se usa para detectar el cáncer de mama. Permite manejar imágenes en el ordenador con una gran resolución y con más precisión. El siguiente paso es la mamografía digital 3D con tomosíntesis, una especie de Tomografía Axial Computerizada (TAC). Otra es la resonancia magnética, que utiliza energía electromagnética, aunque hay debate sobre la toxicidad de los contrastes. Y la ecografía automática, una alternativa a la ecografía habitual que está empezando a implantarse y que da una lectura tridimensional computerizada total de la mama.

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