Muere Concha Velasco a los 84 años: su intensa vida en imágenes

"Siempre nos quisimos, pero decidimos que no podía ser. La gente pensaba que éramos pareja, y su mujer lo sabía, porque esas cosas se saben mirando a los ojos, pero nunca pasó nada entre nosotros", con estas palabras se sinceraba Concha Velasco con Toñi Moreno en 2020 sobre la verdadera naturaleza de su relación con Manolo Escobar. Con el intérprete de 'Mi carro' protagonizó cinco películas siendo esta 'Relaciones casi públicas' la segunda de ellas. Un año después de aquella reveladora confesión la actriz tuvo que aclarar que el cantante no era el padre de su hijo Manuel. Poco después se supo que el padre biológico del dramaturgo era el director de fotografía Fernando Arribas.

Actriz cómica y dramática, de voz poderosa y carisma. Sin duda, un rostro irrepetible en la historia de cine, el teatro y la televisión de nuestro país. La década de los 60 fue una de sus etapas más prolíficas. Entre su debut en 'La reina Mora' con quince años hasta esta imponente escena de 'Matrimonios separados' (1969), Concha Velasco ya era una intérprete consagrada que jugó con los tristes límites que imponía la represión de la época. Fue además unas de las veces que coincidió en la gran pantalla con Gracita Morales y su gran amigo José Sacristán. "Yo no concibo mi vida sin Pepe", afirmó.

Si bien se ha despedido sin haber transmitido el secreto de su incombustible energía, lo que sí sabemos fue cómo consiguió potenciar esa mirada seductora, el espejo del alma. Velasco fue amante durante once años del director y productor José Luis Sáenz de Heredia. Bajo su abrigo y también durante aquella larga relación compleja y con momentos dolorosos, él le dio alas a su talento innato y su instinto de artista. Cuando la dirigió en 'El indulto' (1961), Sáenz de Heredia le hizo consciente del poder de su mirada: “Mira, Conchita, tú tienes esos ojos tan brillantes y tan abiertos que a veces parece que estás espantada. Te voy a enseñar la mejor forma de maquillarlos: tienes que ponerte siempre raya por dentro y, también siempre, sombra”. Su otra gran seña de identidad fue su lunar falso –lo primero que se pintaba nada más arrancar el día– y del que defendía: "Nunca me lo he puesto mal".

El amor fue el sentimiento que realmente sacudió todo el ser de Concha Velasco. Un 'leit motiv' transversal en el que conoció la pasión, las luces y las sombras, hasta el más oscuro abismo. Su relación más estable (pero eso no significa que la más tranquila) llegó después de José Luis Sáenz de Heredia y su fugaz relación con Fernando Arribas, padre de su hijo Manuel. A Paco Marsó le conocía de adolescente, cuando él era un joven con ganas de labrarse un nombre en el cine y ella ya una de las actrices más exitosas de nuestro país

Ni siquiera puede describirse de feliz enlace, pues Concha lloró a mares solo horas antes de casarse, porque aquella noche no aparecía Paco. Llamó a todos y su suegra le quitó la angustia con una enseñanza demoledora: "¡Uy, hija! Ya te acostumbrarás". Y se acostumbró. Fue un enlace sencillo, organizado con la más absoluta discreción, con pocos invitados, entre los que estuvieron la familia cercana y algunos amigos como José Sacristán, Víctor Manuel, Pilar Bardem, Pedro Lazaga o José Luis López Vázquez. Eso sí, Concha Velasco resplandecía al entrar en la iglesia de Pinar de Chamartín con una etérea capa con capucha y un vestido plisado de Charo's.

Ese gesto con los brazos en alto mientras es pura esencia Concha Velasco, que fue elegida a lo largo de los años como "la mujer perfecta por su simpatía y sinceridad".

En junio de 1988, Paco Marsó y Concha Velasco arropaban a su hijo pequeño en el día de su primera Comunión. Fue un día en el que Lecturas acompañó a toda la familia y en el que la actriz volvía a demostrar su tendencia a la melancolía y a su resistencia a ser completamente feliz en su vida fuera de los escenarios. "No habrá hijo en mi vida", revelaba al ver truncado en ese momento de volver a quedarse embarazada a los 48 años.

En 1990, Concha Velasco estaba dispuesta a divorciarse. Lo había hablado incluso en las revistas. Sin embargo, una desgarrada actuación de Isabel Pantoja en 'Viva el espectáculo' hizo que al día siguiente retirara la demanda de divorcio aquel año. “Me puse a llorar en directo. Sin fingir. Todo real. Consecuencia: al día siguiente retiré la demanda de divorcio en el juzgado”, contó en sus memorias, 'El éxito se paga'.

En 2002, la actriz vallisoletana se confesaba en Lecturas "enamoradísima" de su marido y confirmaba que habían conseguido superar la profunda crisis que habían transitado hasta esa fecha. El matrimonio con el productor estuvo lleno de pasión, pero también de mucho sufrimiento debido a los problemas con el juego de Marsó y a sus muchas infidelidades. En este posado de la pareja, muy sonriente y feliz en el Festival de Cine de Gran Canaria escenificaban el equilibrio que habían conseguido. Sin embargo, esa paz solo duró hasta 2005, cuando Concha se separó definitivamente de su marido.

Si su pasión en la vida ha sido la interpretación, su mayor orgullo han sido sus hijos, a quienes ha apoyado en los caminos que han tomado y también les ha insuflado energía y ganas para materializar sus proyectos. Tanto Manuel como Paco Martínez han enfocado sus carreras profesionales hacia el espectáculo, especializándose en la dirección y producción audiovisual y teatral. En el caso del mayor de sus hijos, Concha no dudó en 'amadrinar' su cortometraje 'Los niños del jardín' interpretando uno de los papeles. Aquí empezó la primera de las colaboraciones de madre e hijo, quien después le regaló dos de las últimas obras teatrales de su carrera, 'El funeral' y 'La habitación de María'.

Concha Velasco llegó a su límite y en 2005 se separaba definitivamente de Paco Marsó. Ya había decidido mantener su carrera profesional separada de su marido después del chasco que se llevó por no conseguir el papel protagonista en la película '¡Ay, Carmela!', en la que estaba involucrado el productor. Tardarían cinco años más en firmar los papeles de divorcio y Concha vivió con desconcierto cómo su exmarido, el que ha sido el hombre de su vida, se enamoraba de otra mujer, la cubana Diosi. Con ella, Paco tuvo a su hija Gabriela, y de la que también se separó a los nueve meses de nacer el bebé.

La intérprete de 'Motivos personales' nunca ha disimulado su simpatía por Isabel Pantoja. En 2002, doce años después de aquel encuentro televisivo que cambió (momentáneamente) el rumbo de su matrimonio con Paco Marsó, Concha volvió a coincidir con la tonadillera en 'Tiempo al tiempo'. En su pasó por el 'Deluxe' en 2021, la artista reveló que la de 'Marinero de luces' se quiso poner en contacto con ella desde la cárcel para agradecerle haber mostrado compasión por ella cuando se vio envuelta en el caso Malaya, en el que acabó condenada a prisión por un delito de blanqueo de capitales. "Me duele mucho lo que le está pasando a Isabel. Pienso en lo triste que debe ser para ella haberse equivocado en la vida. Yo mando desde aquí, caiga bien o caiga mal, un beso fuerte a Isabel, yo te quiero", afirmó Velasco en aquel momento.

La hija de Judy Garland y Vincent Minnelli es todo un icono popular a nivel mundial. Su imagen carismática es absolutamente reconocible y Concha Velasco la tomó de referencia entre los 80 y 90. Sin miedo a equivocarnos, podemos afirmar que es un homenaje al ídolo y el ejemplo que fue Liza Minnelli para nuestra estrella nacional. Desde el 'pixie', las cejas perfectas, los labios rojos, esas piernas infinitas y tonificadas, y el caprichoso lunar en su rostro. Son famosas aquellas imágenes en las que la artista estadounidense actuaba en Florida Park (Madrid) durante el programa 'Viva el espectáculo' que presentó Velasco entre 1990 y 1991. El entusiasmo de Concha aplaudiendo a rabiar desde el patio de butacas. Dos mujeres únicas, cara a cara.

Concha Velasco le ha dado tiempo a vivir muchísimas etapas en su vida. Tantas como personajes ha interpretado en cine, televisión y teatro. Aunque nunca ha dejado de lado las tablas, ha sido en los últimos años en los que ha saboreado el reconocimiento de su soberbio trabajo sobre las tablas. Así, en 2009, levantaba triunfante el Fotogramas de Plata que le reconocía un papel tan fuerte como delicado en 'La vida por delante', una obra en la que daba vida a Madame Rosa, una exprostituta que cuida a un adolescente árabe.

Durante dos años, entre 2011 y 2012, rodó con una de sus obras más personales, 'Yo lo que quiero es bailar'. El libreto era Concha y su público, "sin intermediarios", rezaba la frase que la publicitaba. Y es que la actriz se desnudaba emocionalmente reflexionando como solo ella sabía hacerlo sobre su trabajo, su vida y los éxitos y fracasos que había vivido en sus 72 años de vida.

En 2017, los reyes entregaron a Velasco su segundo Premio Nacional de Teatro en la Catedral de Cuenca. De aquel día, recordó la actriz el 'corte' que se llevó de la mismísima reina. Concha quería hacerse una foto con Letizia, que estaba en ese momento hablando con Pablo Motos. Doña Letizia estaba tan concentrada en la charla con el presentador que cuando la actriz le dijo "Letizia...", ella se habría vuelto respondiendo secamente: "Calla, que estoy hablando con él...". A pesar del momento de tensión, la laureada artista consiguió su foto con los reyes, y dedicada.

A Concha se le llenaba la boca con palabras de orgullosa abuela cada vez que hablaba de su nieto. Ha sido la persona que más alegría y felicidad le ha traído en los últimos años. Samuel es fruto de la relación de su hijo Paco y su mujer Cecilia, y anunciaba que iba a convertirse en abuela con alegría desbordante y contagiosa. Lo que más pena le daba era las ganas que tenía de presumir de nieto, pero debía respetar la decisión de sus padres por mantener el anonimato del menor. A pesar de todo, siempre que podía contaba los progresos del pequeño. "Mi nieto ya es portero fijo del Madrid", revelaba la orgullosa abuela en 2017.