Concha Velasco, irrepetible: la historia de la 'chica ye yé' a través de las portadas de Lecturas

Los 60 fue una de las décadas más prolíficas de Conchita Velasco. Su carrera estaba ya consolidada después de ocho años después de su debut cinematográfico y llevaba unos meses disfrutando del éxito de 'Historias de la televisión', película que la convirtió en 'La chica ye-yé'. En 1966 abría las puertas de su casa a la revista Lecturas y nos mostraba su "maravilloso vestuario" en un reportaje a todo color.

Concha Velasco tuvo una vida sentimental tan agitada como apasionante, pero que también le trajo mucho dolor. Si bien su relación de once años con el director José Luis Sáenz de Heredia, 28 años mayor que ella, la mantuvo casi en la clandestinidad, dado que él estaba casado, fue después de su fugaz noviazgo con el actor Juan Diego que se enamoró perdidamente del director de fotografía, Fernando Arribas. Hasta 2021, ConchaVelasco no desveló que Arribas era el padre biológico de su hijo Manuel. 

Esta impactante imagen de Concha Velasco estirada en la cama de un hospital fue portada de Lecturas justo después del anuncio de su boda con Fernando Arribas. Un susto de salud a consecuencia de una pulmonía mal curada que la llevaba en septiembre de 1975 a ser ingresada en una clínica de Madrid. A pesar de este bache de salud, la actriz completó uno de sus años más prolíficos estrenando nada menos que seis películas, entre ellas 'Pim, pam, pum... ¡Fuego!' y 'Yo soy Fulana de Tal', ganándose ya la etiqueta de incombustible.

La década de finales de los 70 fue especialmente agitada para Concha Velasco. A pesar de la apertura y del final de la represión, era consciente de que sus relaciones y la libertad y autonomía con la que llevaba su vida podía producir un escándalo. La actriz encadenó su ruptura con Fernando Arribas con su boda con Paco Marsó, entre las que se produjo el nacimiento de su primer hijo, Manuel. La portada de nuestra revista aquel 24 de septiembre anunciaba la feliz noticia y desvelaba que el bebé había pesado "2 kilos y medio al nacer".

Conocía a Paco Marsó cuando ella ya era una actriz consagrada y él solo era un joven con ganas de comerse el mundo y labrarse un nombre en el mundo del cine. Pasaron los años, el joven se convirtió en hombre y Concha Velasco ya no pudo apartar la mirada de él. Enamoradísima, se casó con Marsó en una boda íntima y sin grandes anuncios, y nos contaba en exclusiva tras darse el 'sí, quiero' su deseo de convertirse en padres.  

El deseo del matrimonio se hacía realidad y la propia Concha Velasco hablaba en Lecturas del embarazo de su segundo hijo al que llamaría como el padre, y anunciaba que nacería en septiembre. 

En 1985, con su eterna sonrisa iluminando un rostro bronceado por el sol de agosto, Concha Velasco contaba que tenía "una hija adoptiva" de la India y que tenía 9 años.

En 1987, Concha Velasco y Paco Marsó celebraban diez años de su 'sí, quiero' y Lecturas traía las confesiones más íntimas de la actriz. Concha hacía balance sobre su matrimonio con una reflexión demoledora que lo resumiría todo: "Paco será mi cruz toda la vida".

La actriz siempre se ha mostrado muy orgullosa de sus hijos Manuel y Paco, y a los 48 años compartía su deseo de volver a convertirse en madre de nuevo.

El 8 de junio de 1988, acompañábamos a Concha y a toda su familia en un día muy especial: la Primera Comunión de su hijo pequeño. Una jornada, a pesar de todo, agridulce al confesarnos que se veían frustrados sus deseos de volver a ser madre. "No habrá un tercer hijo en mi vida", nos decía resignada.

Un año después, Concha Velasco volvía a la portada de Lecturas, absolutamente espectacular. No tenía nada que ver la mujer resignada de hacia unos meses con la que nos miraba sensual, realizada y segura en agosto de 1988. El verano parecía cargarla de energía y dentro de nuestras páginas desvelábamos la 'fórmula secreta' que había obrado el este espectacular cambio físico con el que se había 'quitado' quince años de encima.

Como escribía Jorge Javier Vázquez en su blog de Lecturas, Concha Velasco ha sido "un ejemplo de conexión absoluta entre público y artista", y así lo dejaba patente la primera portada de nuestra revista de 1989, en la que aparecía la actriz al ser elegida la mujer perfecta del año anterior, "por su simpatía y sinceridad". 

Todo le sonreía en lo profesional a Concha Velasco, que recibía en 1989 su primera nominación a los Goya por su papel en 'Esquilache'. No así en su vida privada pues, tras doce años de matrimonio con el productor, su relación parecía ya afectada por una grave crisis debido a los problemas de ludopatía de Marsó, que les dejó en una complicada situación económica en más de una ocasión, y también por sus constantes infidelidades.

Su matrimonio naufragaba y Velasco se encontraba en una difícil disyuntiva: dejarlo todo por sus hijos, por los que ha luchado y trabajado sin bajar el ritmo desde que eran pequeños. Como ella misma ha dicho en muchas ocasiones, Manuel y Paco se habían "criado en los camerinos y no ha habido ningún problema".

Para Concha Velasco fue un mazazo no conseguir el papel protagonista en 'Ay, Carmela', película en la que estaba involucrado Paco Marsó y cuyo papel acabó recayendo en Carmen Maura. Profesionalmente, fue un disgusto que venía acompañado con un desencanto en su matrimonio. En 1990, la actriz al límite acababa solicitando el divorcio y daba las razones en Lecturas. “En mi casa, cada día vivíamos un infierno. Lo estaba pasando fatal, con dos niños y con Paco haciendo de las suyas, y ya no podía más”, fueron sus palabras. Sin embargo, retiraba la demanda y no sería hasta 20 años después que no firmaron los papeles. En 2010, tras cinco años separados, se hacía efectivo su divorcio y solo unas semanas después, en noviembre de ese mismo año, fallecía el productor.

Fue una canción de Isabel Pantoja la que le hizo replantearse su decisión de divorciarse un año antes. "Procuro olvidarte siguiendo la ruta de un pájaro herido”, fueron los versos de la tonadillera que hicieron llorar en directo a la presentadora de 'Viva el espectáculo', según cuenta la periodista Raquel Piñeiro en su excelente crónica de Vanity Fair. Sin embargo, Concha Velasco tenía claro que debía ir cortando lazos con su marido y tomó la determinación en 1991 de romper profesionalmente con Paco. Lo que en la portada de Lecturas del 22 de febrero de 1991 quedó recogido como la "nueva 'separación' para salvar su matrimonio".

En 1993, nuestra revista elegía a Concha Velasco para representar el gancho de las mujeres a partir de los 50. La de Valladolid tenía 54 años cuando encabezaba esta lista de mujeres de bandera en la que también estaban Rachel Welch, Elisabeth Taylor y Jane Fonda.

Su hijo Manuel contaba que lo mucho que se había entregado su madre desde siempre en los escenarios y a su público le habían pasado factura en su salud. Así, a finales de 1996, Velasco pasaba por quirófano para someterse a una "delicada operación" a consecuencia de "un pequeño bulto" que tenía desde hacía tiempo y que era necesario intervenir porque había "crecido demasiado". 

Concha Velasco saboreaba las mieles del éxito de 'Sorpresa, sorpresa', programa en el que había recalado en 1999 para sustituir a Isabel Gemio, y nos recibía en su casa de Madrid. En una nube, nos confesaba su mayor deseo en esos momentos: "Me gustaría hacerme viejecita presentando 'Sorpresa, sorpresa". Finalmente, la actriz presentó solo la última temporada del recordado programa de Antena 3.

La Navidad de 2002 no podía empezar con mejores presagios para Concha Velasco y Paco Marsó. El matrimonio superaba su crisis más profunda hasta aquel momento y la actriz y presentadora, ilusionada, se confesaba en las páginas de nuestra revista. "Estoy locamente enamorada de mi marido, he vuelto a confiar en él", nos decía. Finalmente, en 2005 escenificaban la separación y cinco años después firmaban los papeles del divorcio.

Exultante de felicidad, en abril de 2008, la vallisoletana celebraba que iba a ser abuela. Su discreto hijo Paco y su mujer Cecilia esperaban su primer hijo en común, y colmaban los deseos de la actriz de tener un nieto. "Voy a ser abuela y soy muy feliz", confesaba. A finales de aquel año venía al mundo Samuel, que ha llenado de orgullo a Concha y le ha devuelto la ilusión en los momentos más complicados.

A Concha Velasco se le vino el mundo encima al ver a su exmarido, el verdadero hombre de su vida y del que llevaba separada desde 2005, rehacía su vida con la cubana Diosi, con quien fue padre de una niña, Gabriela, pocos meses antes de fallecer de una hemorragia cerebral. La reacción de la artista fue del todo visceral al romper su silencio desde la portada de Lecturas: "Debí separarme a los treinta días de casarme". 

Después de unos meses concentrada en hacer balance, disfrutando del reconocimiento de su trabajo en cine, teatro y televisión, Concha Velasco celebraba los 70 en la portada de Lecturas. Espectacular, desplegaba su poderío y carisma vestida de fiesta, y se reivindicaba como mujer y artista. "Una mujer puede triunfar sin tener un hombre al lado", gritaba desde nuestra portada. Un recado, sin duda, dirigido a Paco Marsó.

La economía familiar siempre había sido un quebradero de cabeza para Concha Velasco. La actriz tuvo que lidiar en su matrimonio con los problemas de juego de Paco Marsó, quien más de una vez les dejó en una delicadísima situación. Tras la muerte de Paco, Velasco siguió arrastrando esa losa y, a punto de perder su casa, se lamentaba en nuestras páginas: "Toda la vida trabajando y a mis 73 no me queda ni el plan de pensiones". Una mala noticia que ensombrecía la felicidad de recibir aquel mismo año el Goya de Honor.

Lecturas empezada 2014 con Concha Velasco en portada. Conmemorábamos con ella 6 décadas de brillante actividad profesional, convirtiendo en oro todo lo que tocaba. Sin embargo, la actriz estaba a punto de vivir uno de sus años más complicados a consecuencia de sus graves problemas de salud. A pesar de todo, veía el inicio de aquel año con nuevos ojos y liberada del dolor que había padecido al lado de Paco Marsó. "Soy feliz porque ya le he perdonado", nos confesaba cuatro años después de su fallecimiento.

Concha Velasco afrontaba su entrevista más difícil en abril de 2014 después de haber tenido que someterse a dos operaciones de urgencia en solos dos semanas, y que truncaba su exitosa gira teatral con 'Hécuba', papel con el que ganaba el Fotogramas de Plata. Primero, a consecuencia de una apendicitis y peritonitis, que la llevaban al borde de la muerte, y tras recibir el alta, volvía a la mesa de operaciones por las molestias de una hernia. 

Los problemas de salud no le daban tregua a Concha Velasco. Después de aquel grave episodio, la actriz anunciaba en mayo que padecía cáncer, un linfoma que hacía público en mayo de 2014. En verano, pasaba por quirófano y se sometía a una operación delicada sobre la que tranquilizaba a todos: "Ha ido bien". Superado lo peor, su mayor deseo era volver a estar en activo. "Me preocupa no trabajar", confesaba.