¡Hoy para Tita ha salido el sol! ¡Porque el sol, para la baronesa Thyssen, es su hijo Borja, y no solamente ha pasado con él su cumpleaños, sino que se van a encontrar en Cerdeña esta semana, barco contra barco! ¡Y estarán juntos también en Sant Feliu de Guixols los últimos días de agosto! Espero que esta vez haya foto y así podamos disfrutar todos de su enésima reconciliación. Porque Borja y su madre no se veían desde el mes de marzo en la apertura del museo de Andorra, ya que él ya no asistió a la espectacular inauguración de las pinturas del Renacimiento, en julio, en el Thyssen madrileño, donde la baronesa confesó entre lágrimas a un amigo que “¡la cosa está mal!, ¡volvemos a estar distanciados!”. A pesar de eso, Tita se ha estado moviendo este año por las altas esferas del país recurriendo a sus viejas amistades, peleando como una jabata para buscar un arreglo a la situación judicial de Borja, y, para su desesperación, sin resultado. ¡Porque su pena más honda es que su adorado hijo vaya a parar a prisión! “No le importan ni los desprecios ni sus desorbitadas pretensiones económicas, por él muere de amor”, me cuentan. Y siguen, “muchas veces ha llamado a periodistas para pedirles que traten bien a Borja, ella se levanta a las seis de la mañana para trabajar, pero si le decimos, tu hijo es un vago y podría ayudarte, ¡se enfada y nos retira la palabra!”.

En la reconciliación de 2014 (los tratados de paz llevan fecha, como todo el mundo sabe), Tita tuvo que firmar un documento en el que se comprometía a evitar que sus hijas y Borja estuvieran en el mismo espacio físico. Borja y sus hermanas no se han visto nunca, en las escasas ocasiones en las que el chico visita a su madre, en Navidad, por ejemplo, las niñas deben permanecer encerradas en su habitación, así que no sabemos qué pasará en Cerdeña, si Carmen y Sabina se quedarán en su camarote o serán reexpedidas a Sant Feliu.

De momento tampoco ha embarcado en el Matamua Manolo Segura, el padre biológico de Borja. Los amigos bromean, “ahora que Manolo se ha divorciado, volveréis a estar juntos” y Tita se troncha, “por Dios, si es como mi hermano…” Porque, a pesar de los desplantes de su hijo, hay cuatro hombres en la sombra que se desviven por ella: Manolo, su sobrino, su secretario y su ex Javier Bañez.