Aramis Fuster había estado llorando. Tenía la nariz congestionada, la cara enrojecida y, todavía, los ojos vidriosos. ‘GH VIP 6’ le había pedido que, en una pizarra, trazara, a través de curvas y colores, su vida. “No soy triste, tengo un gran sentido del humor, pero he tenido una vida difícil. He pasado por mucho”.

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Aramis Fuster

Para la bruja, su madre ha sido una de las personas esenciales en su vida. A ella le agradece todo, pero reconoce que, desde bien temprano, empezó a pasarlo mal. “Sufrí malos tratos durante toda mi infancia hasta la adolescencia, cuando me casé por sacar a mi mamá del infierno de ese hombre que nos mataba a las dos a palos”. Tras eso, Fuster pasó a narrar el peor episodio de todos: cuando este la acuchilló. “Lo hizo porque la defendí a ella”. Ella, recordándolo todo como si hubiera pasado ayer, explotaba “no podía dejarla sola”.

La pitonisa volvió a mostrar su lado más sensible, alejado de las habituales locuras con las que siempre nos ha hecho reír. GH VIP nos está descubriendo a una mujer sensata y tremendamente dolorida por todo lo que ha vivido, pero que, a pesar de todo, es capaz de mirar la vida con mucha ilusión y esperanza.

En una de las caídas más pronunciadas del gráfico de su vida ella sitúa el “abandono, desidia y odio por parte de mis hijos”, según Aramis influido por su padre. “Llevo esperando un reencuentro desde hace veintipico años”. Ellos han renunciado a que yo sea su madre, he llamado mil veces, me han dicho las cosas más atroces.