A menudo se subastan objetos de algunos miembros de familias reales europeas. Esta vez es el turno de algunas de las pertenencias de Isabel II. En los próximos días tendrá lugar una subasta muy especial, y no solo lo es por la dueña de los objetos por los que se podrá pujar. Detrás de las piezas que se van a subastar hay una historia muy bonita que aporta un valor sentimental a estos objetos.
Uno de los protagonistas de esta historia es Ian Thomas, uno de los modistas que Isabel II tuvo en los años sesenta y al que le guardaba especial cariño. Tanto apreciaba la soberana a este hombre que le regaló algunos objetos muy personales. Él no dudó en crear en su casa un pequeño museo con todos ellos.
Otra de las protagonistas de esta subasta es una florista. El diseñador, fallecido en los años setenta, bajaba cada mañana a la floristería que había debajo de su casa para comprarse una flor y colocársela en el ojal. Sus visitas diarias hicieron que entre la florista y él creciera una bonita amistad.
![Sus objetos, a subasta](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 900 649"%3E%3C/svg%3E)
Tan amigos se hicieron que en su testamento Ian Thomas le dejó su casa a la mujer a la que cada día le compraba flores. Casa en la que se encontraban las pertenencias que la reina había regalado a su amigo y que pasaron a ser de la dueña de la floristería. Hace cuatro años esta mujer falleció y ahora sus herederos han decidido sacar a subasta algunos de los objetos relacionados con Isabel II.
Entre los más significativos están las postales navideñas con las que la reina de Inglaterra felicitaba al diseñador las fiestas, algunas de las prendas más emblemáticas de Isabel II, bocetos con diseños que él le hizo o muebles y piezas de decoración son algunas de las cosas que saldrán a subasta a finales de octubre. Según los expertos, que ya han comenzado a valorar los objetos, con la subasta se podrían recaudar más de cien mil libras.