Llevamos ya una temporada enganchados a 'Supervivientes 2025' y, después de este tiempo (desde principios de marzo, que no es poco), los concursantes están empezando a recibir las visitas de sus familiares totalmente por sorpresa. En estos días, el último participante agraciado ha sido Borja González, quien se quedó de piedra cuando su pareja, y madre de su hijo, Ana López, apareció de manera inesperada en la playa de Honduras.
Ana ya está de vuelta en España y, nada más ha aterrizado, ha preparado un reel en su perfil de Instagram contando resumidamente su experiencia en Cayo Cochinos. Gracias a este vídeo en la red social, la hemos visto desde que se montó en el avión, viajando en helicóptero para llegar a la isla, su encuentro con Borja y, por supuesto, ha dejado entrever muchos rincones de la cabañita de madera en toda la playa en la que se quedan a dormir los familiares de los concursantes cuando van de visita. ¡Te la enseñamos!
Pequeñita, de madera y en la propia playa
La casita donde se quedan las visitas cuando van a ver a sus familiares en ‘Supervivientes’ es pequeña pero superbonita. Tiene un diseño rústico y tropical que se integra a la perfección con el entorno natural, de hecho, está ubicada en la arena de la playa. Está construida con una estructura elevada sobre pilotes que la protege de la subida del nivel del mar. Su fachada de madera en tonos rojizos resalta cálidamente entre las palmeras, evocando una sensación acogedora y relajada.

Una cabañita de madera en la arena de la playa
@analopez
Además, cuenta con amplios ventanales para disfrutar de vistas panorámicas del mar y de unos atardeceres de infarto. Todo el conjunto está rodeado de vegetación tropical, cocoteros y troncos, lo que le da un aire salvaje y auténtico.

Atardecer desde la cabaña de las visitas de 'Supervivientes'
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Con un porche muy coqueto
La casita de madera cuenta también con un porche exterior la mar de coqueto, donde los familiares de los concursantes pueden relajarse y descansar al aire libre, gracias a que es una zona que está techada y que ofrece sombra. Al estar abierto, es ideal para ver atardeceres o comer con vistas al mar, porque para eso tiene un pequeño comedor con mesas, asientos y un columpio de madera. Los techos también son de madera y al fondo podemos ver una barra con taburetes.

Un porche en la entrada para descansar
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Con una ducha en el exterior
Esta zona exterior de la cabañita es un ejemplo perfecto de integración natural, sencillez funcional y placer para todos los sentidos. Se trata de una ducha al aire libre ubicada entre estructuras de madera sólida y cuyo diseño resalta el carácter rústico tropical de la casa.
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Lo que más nos ha llamado la atención es que no se trata de una ducha moderna, el agua simplemente fluye por una tubería blanca que está fijada al techo de madera, una estética sencilla que mantiene la armonía perfecta con el entorno playero. En definitiva, vaya placer ducharse aquí donde sientes el frescor del agua a la misma vez que te inciden los rayos del sol en la piel y disfrutas de la textura de la arena bajo tus pies.