Decepcionado. Así se siente Antonio Banderas tras los acontecimientos que han precipitado su decisión de abandonar el proyecto cultural en el que estaba implicado: la reforma de los antiguos cines Astoria y Victoria de Málaga. El actor estaba involucrado en la iniciativa ganadora del concurso de ideas no vinculante que se llevó a cabo para darle un nuevo uso al viejo edificio y, hasta la fecha, parecía muy ilusionado con el proyecto.

Sin embargo, dos de los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de su ciudad (Málaga Ahora e Izquierda Unida) y algunos internautas criticaron duramente la participación de Antonio Banderas por considerar que se le había hecho 'un traje a medida' para que ganara el concurso junto al arquitecto José Seguí y la empresa Starlite.

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Estas críticas y comentarios han afectado profundamente al actor, que ha decidido retirarse del proyecto y ha escrito una carta explicando los motivos. "Espero que esta decisión limpie el concurso de la intoxicación en la que parece ser me he convertido", explica el actor, que asegura haber tomado la decisión por "los insultos, las descalificaciones y el trato humillante". En la carta lo explica con detalle: "Los coros de voces que comenzaron a alzarse contra nuestro proyecto, dentro y fuera de los ambientes políticos locales, que además no se detenían en la crítica al mismo, sino que se extendía a la sorna, el cachondeo y, por qué no decirlo, la mala leche".

Antonio Banderas
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Por otro lado, el actor malagueño ha querido dejar claro que "nunca pasó por mi cabeza la idea de que este proyecto fuese rentable para mí. La idea era más bien la contraria", ya que pensaba aportar unos 250.000 euros anuales para las actividades teatrales. Banderas lamenta retirarse del proyecto, ya que "creíamos tener un equipo ganador para presentarnos al concurso con garantías de ofrecer algo serio, trabajado, interesante para la ciudad y que se uniese al ambiente cultural que se da en Málaga y que, a poco que lo cuidemos, se puede convertir en algo realmente extraordinario".

Las críticas y los obstáculos que ha visto el proyecto antes de nacer son lo que ha hecho reflexionar al actor "sobre si realmente valía la pena arriesgar tanto, enfangarse tanto, y exponerse tanto". Finalmente, ha decidido que no, que no vale la pena. Eso sí, no pierde la ilusión y afirma que seguirá buscado un lugar para que sus ideas se materialicen, un rincón "en el que no huela a corralón y podamos construir algo interesante".