La Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) ha sido el marco en el que se ha celebrado la ceremonia de entrega del premio Camino Real del Instituto Franklin. Después de Plácido Domingo, Valentí Fuster y Pau Gasol, este año ha recaído en el actor Antonio Banderas, por "ser un referente de los valores españoles, habiendo conservado con celo el legado cultural español y permaneciendo siempre fiel a sus orígenes". Para tal distinción, la ceremonia de entrega ha sido presidida por el rey Felipe VI quien ha sido el encargado de entregarle el galardón.
Ambos se han saludado con gran efusividad, expresando la buena relación y camaradería que existe entre el actor y el monarca.
El actor malagueño, que ha estado disfrutando durante estas últimas semanas de su tierra, ha estado acompañado en todo momento de su pareja Nicole Kimpel, con quien ya lleva casi tres años de feliz y estable relación. Antonio y Nicole, que iban vestidos en contraste, pero muy elegantes –él, de negro riguroso y ella en tonos claros–, no se han soltado de la mano en ningún momento y no han parado de dedicarse miradas llenas de complicidad, dando buena muestras del amor que les une. La empresaria ha estado en todo momento al lado del actor en los sustos que le ha dado su salud últimamente. Banderas sufría recientemente un infarto y lo ha tomado como un aviso que le ha dado su cuerpo para tomarse la vida más tranquilamente.
Incluso durante su emotivo discurso ha hecho referencia a este episodio de salud y afirmaba encontrarse en un momento en el que se debate entre "el continuismo o la reinvención. Opto más por lo segundo. Mi cuerpo me ha aconsejado un cambio de estrategia ante la evidencia de que el tiempo pasa y que la muerte es poco democrática”.
El discurso del actor, que lucía una frondosa barba cana, ha estado cargado de un gran sentimiento y lo ha pronunciado conmovido. Como la distinción ha querido poner de manifiesto lo fiel que ha sido el intérprete con sus raíces y era de recibo hablar de sus dos 'yoes': Antonio Banderas, la estrella, y José Antonio Domínguez, el hombre tras la fama y su auténtico nombre. Ambos tienen en común que “los dos hablan, escriben y viven a borbotones” y su 'relación' empezó cuando “al tímido y soñador se le unió el audaz, el conquistador de sueños, el Rey del Mambo…”. Aún así, cree que se ha mantenido irreductible en sus valores: “El niño que llevo dentro no ha permitido que el sentido crítico o el cinismo me llevaran a un callejón sin salida”.