Ana Obregón comparte su primer remojón en aguas de Ibiza

"Aquí os dejo mi primer y último bañito en Ibiza antes de irnos", escribe Ana Obregón que ha pasado unos días en la isla pitiusa con su amigo Ra

INSTAGRAM @ana_obregon_oficial

Montse Jolis

Periodista especializada en corazón y sociedad

28 de mayo de 2022, 14:24

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Poco a poco, Ana Obregón va recuperando la alegría, aunque el dolor por las pérdidas de su hijo y su madre, hace ya dos años, sigue atormentándola por dentro, como es natural. Su familia y, sobre todo, sus amigos, hacen todo lo posible para tratar de distraer a Ana, respetando su dolor, pero intentando devolverle la sonrisa y, en definitiva, las ganas de seguir viviendo. Si Susana Uribarri ya se la ha llevado un par de veces de viaje a Roma, la ciudad favorita de Aless Lequio, su amigo Ra se la ha llevado a Ibiza, donde años atrás Ana disfrutó de divertidos y alocados veranos que compaginaba con estancias en la casa que sus padres tenían en Mallorca, en la Costa de los Pinos.

Ana adora el Mediterráneo y, en especial, las Islas Baleares, cosa que sabe perfectamente Ra, el amigo sobre cuyo hombro Ana ha llorado todas sus penas. En Ibiza, Ana ha vuelto a sonreír y, rememorando antiguos posados veraniegos, no ha dudado en compartir su primer remojón del año. Vestida con un traje largo de crochet negro con aplicaciones en el pecho en color blanco, de Zara, Ana se ha metido en el agua sin importarle que su modelito se mojase.

Ana Obregón no ha dudado en meterse en el agua vestida. Eso sí, solo se ha mojado hasta la rodilla.

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"Aquí os dejo mi primer y último bañito en Ibiza antes de irnos. En verdad solo me mojé los pies porque había algún Paparazzi por ahí escondido. 😎 Me voy tranquila pensando que hay alguien feliz de ver a su Mamá intentando vivir". Estas palabras de Ana Obregón albergan, por fin, un hálito de esperanza de querer recuperar su vida. Durante muchos meses, familia y amigos temieron que la tristeza que embargaba a la actriz y presentadora no la dejara vivir, a tenor de los mensajes tan llenos de dolor que escribía. Pero Ana puede presumir de tener unos amigos excepcionales que no permitirán que se venga abajo. Y nosotros nos alegramos.

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