Ana María Aldón, preocupada por Ortega Cano, se planta en la casa de La Moraleja que perteneció a Rocío Jurado

Antes de acudir al plató para hablar con Emma García de lo que va a hacer Rocío Carrasco, Ana María Aldón ha vivido un momento complicado desde la puerta de una propiedad tan famosa como la de La Moraleja. Desde allí se ha mostrado muy incómoda al decir que “tengo el corazón ahora mismo que me late fuerte fuerte”.

La presentadora se ha preocupado al ver a su colaboradora tan afectada, ya que esperaba verla con otra actitud. Al preguntarle por cómo se ha sentido al estar allí, la diseñadora ha asegurado que “no es cómodo para mí porque me imagino todo lo que tuvo que pasar aquí, en la última época que vivieron, cuando mi marido se quedó aquí solo que me ha contado anécdotas y miedos”.

Sobre esas anécdotas y miedos de los que Ortega Cano le ha hablado a Ana María Aldón en alguna ocasión, ella ha destacado que el torero “recuerda unos días muy duros, en especial una noche muy dura con sus niños aquí solo y llegó a pasar miedo. Las noches las pasaba llorando”.

Por todo esto, la colaboradora ha asegurado que de cara al martes “estoy curiosa por ver detalles, pero también expectante porque no sabemos qué vamos a encontrar. Vajillas, documentos, trajes… Me imagino que los enseres de la vivienda”.

Pero más allá de lo que puedan contener los contenedores, Ana María Aldón tiene otra preocupación porque tal y como ella ha dicho, “a mí lo que más me duele y me preocupa es lo que puede hacer revivir a mi familia, en este caso a mi marido y Gloria. De mi marido recuerdo su mirada al ver lo que va a pasar, me transmitió tristeza”.