César llegó al restaurante de 'First Dates' con las ideas claras: quería encontrar un nuevo novio. Lo que ninguno de los espectadores se esperaba es cómo había acabado su última relación. Tuvo que huir de Madrid porque su último novio le fue infiel y parte de culpa, digamos, la tiene el dating show presentado por Carlos Sobera (62 años).

El colombiano actualmente reside en Marbella, donde trabaja como camarero, pero su primera parada en España fue Barcelona. "Siempre había querido vivir el sueño español y en cuanto tuve la oportunidad de venir para acá, la aproveché", reconoció a cámara. Llegó de la mano de un nuevo amor, pero, con el tiempo, se enteró de que estaba casado y eso no iba a cambiar. "Es un hombre de mucho dinero, un multimillonario, pero no quería terminar su matrimonio", apuntó.

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De ahí viajó hasta Madrid, donde convivió con su segundo novio español. "Tuve una relación de dos años un poco desastrosa. Me hizo tomar la decisión de irme de Madrid por un tiempo", reconocía a Elsa Anka (57 años), la encargada de darle la bienvenida al restaurante de 'First Dates'. "Yo conocí este programa porque mi chico salió en 'First Dates' siendo mi novio y diciendo que estaba soltero", contó el colombiano.

Elsa Anka se quedó sin palabras: "No me lo creo". "Además, ese día iba a quedar conmigo, pero me canceló diciendo que estaba malo de la tripa", añadió. La historia era tan llamativa que hasta Matías Roure quiso participar en la conversación. "Es una auténtica telenovela", respondió el camarero. "Es que cuando entra un latino en tu vida, se convierte en una auténtica telenovela", apuntó el comensal.

First Dates
Mediaset España

César llegó a 'First Dates' buscando a un "españolito". "Que sea español de tres generaciones por lo menos. No porque quiera papeles, que ya los tengo. Ya cumplí el sueño de venir a España, pero quiero el sueño completo. Quiero tener un novio español", dijo a cámara. Para cenar con él llegó Juan, o Juanito, como quería que le llamaran. Tiene 26 años y confiesa ser un apasionado de las estampitas, las de las vírgenes y los santos. "Las colecciono todas", confesó entre risas.

Las primeras impresiones fueron buenas para César. Le gustaron los ojos de su cita. Juan no opinó lo mismo. "Chinos, filipinos, colombianos o portugueses...", Juan dejó claro que le da igual la nacionalidad de los chicos, pero César no le gustó físicamente. Tampoco le hizo gracia que se pintara las uñas o usara bolso. "Esas cosas a mí no me ponen", reconoció. Cada uno tenía inquietudes diferentes. César quería hablar de que compartía manicurista con Gad Gyal y Rosalía, mientras que Juan comentó que ha aprendido a freír en el restaurante de comida rápida en el que trabaja.

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Se dieron cuenta de que tenían una inquietud común: querían un novio millonario. César volvió a contar la historia que tuvo y confesó que desde que le dejó, su vida no ha vuelto a ser igual. Llegó el momento del fotomatón y hubo beso. "No me ha gustado, pero un morreito no se lo voy a negar", dijo a cámara. La decisión final parecía clara y así fue. Los dos optaron por el 'no' aunque uno lo asimiló mejor que otro.

A César no le gustó que Juanito le diera calabazas y se llevó un zasca. "Es normal, cuando tú ves algo que no te puedes permitir en otra persona, de repente no te gusta", le dijo, pero Juan no se iba a quedar callado. Le invitó a que llamara a su ex: "Te va a ir mejor con el millonario". César no desaprovechó la ocasión: “Si estás viendo esto, llámame, Javi. Quiero volver contigo”.