Este pequeño pueblo de Cantabria tiene de las playas más bonitas del norte y es el refugio de verano de la influencer María Pombo

Descubre el encanto natural, la historia y la autenticidad de Galizano, el pueblo elegido por María Pombo para construir su mansión y refugio familiar

Gustavo Egusquiza
Gustavo Egusquiza

Periodista especializado en viajes

Maria Pombo

A orillas del Mar Cantábrico, envuelto en verdes praderas y con el rumor de las olas como telón de fondo, Galizano se ha convertido en uno de los destinos más codiciados de Cantabria.

Ubicado en el municipio de Ribamontán al Mar, esta pequeña localidad se ha hecho famosa por haber conquistado el corazón de la influencer María Pombo, quien ha construido aquí su casa de vacaciones. Este lugar es mucho más que un enclave de moda: es un rincón donde la naturaleza, la historia y la autenticidad se dan la mano, te invitan a que te pierdas y desconectes del bullicio diario.

Un viaje al pasado: historia y orígenes de Galizano

Los orígenes de Galizano se remontan a la época romana, cuando un personaje llamado Galitius fundó una explotación agrícola y ganadera que daría nombre al núcleo actual. Aunque la romanización fue limitada, la cultura cántabra se mantuvo viva durante siglos, y la repoblación entre los siglos VIII y X consolidó la presencia de pobladores en la zona.

Playa de Galizano

Playa de Galizano (playa de San Miguel o de La Canal), de arena con rocas esparcidas en medio y suave acantilado, en Ribamontán al Mar (Cantabria).

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A lo largo de toda la Edad Media, Galizano y sus alrededores formaron parte de la Merindad de Trasmiera, una de las divisiones históricas más relevantes de Cantabria, y quedaron integrados en la Junta de Ribamontán, que agrupaba a los concejos de la comarca. El paso del tiempo ha dejado su huella en las casas de piedra, los caminos rurales y la vida tranquila de sus habitantes, que han sabido preservar el espíritu original del pueblo.

Qué ver y hacer en Galizano: naturaleza, playas y rincones únicos

Galizano es un paraíso para los amantes de la naturaleza y el mar. Su playa principal, conocida como La Canal o playa de San Miguel, es famosa por su belleza salvaje y su oleaje, que atrae tanto a surfistas experimentados como a quienes buscan relajarse en un entorno virgen. A pocos pasos, las playas de Arnillas y Los Cañones ofrecen alternativas más tranquilas y menos concurridas, ideales para paseos al atardecer o baños en aguas cristalinas.

Si decides visitarlo no te pierdas los acantilados de Quintres y San Pantaleón, desde donde se obtienen vistas espectaculares del litoral cántabro. Otro de los tesoros de la zona es la Cueva de Cucabrera, un enclave natural y arqueológico que sirvió de refugio y lugar de pesca para los lugareños durante siglos. Desde su mirador, en los días despejados, se puede divisar la silueta de Santander y la cercana playa de Langre, creando un paisaje de postal.

El Molino de Romano y el puente de Canedo son otros rincones con encanto que permiten descubrir la historia rural y la arquitectura tradicional de la comarca. Los senderos que recorren los alrededores de Galizano, entre prados, bosques y marismas, invitan a la aventura y al contacto directo con la naturaleza.

Sabores del mar y la tierra: la gastronomía de Galizano

La cocina de Galizano es un reflejo de su entorno: productos frescos, recetas sencillas y sabores auténticos. Los mariscos y pescados del Cantábrico son protagonistas indiscutibles, con platos como percebes, mejillones en vinagreta, bonito a la plancha, zamburiñas y las clásicas rabas, que aquí alcanzan un nivel insuperable. 

Las carnes procedentes de la afamada ganadería frisona local, el cachopo o los huevos con patatas acompañados de embutidos caseros, son otro de los grandes atractivos gastronómicos.

Tampoco pueden  faltan las ensaladas elaboradas con el famoso tomate de Galizano, ni los postres caseros como la tarta de queso, natillas o el helado de torrija.

Restaurantes como La Torre o El Cruce apuestan por la cocina tradicional, con productos de proximidad y elaboraciones al horno de leña que realzan los sabores ancestrales. Para los amantes de la innovación, algunos locales ofrecen menús creativos que reinterpretan los clásicos de la región.

Tradiciones y fiestas: el alma de Galizano

Galizano mantiene vivas sus tradiciones a través de fiestas populares y celebraciones religiosas. La festividad de Nuestra Señora de la Asunción, patrona del pueblo, es la cita más importante del calendario, con procesiones, música, bailes y comidas al aire libre que reúnen a vecinos y visitantes en un ambiente festivo y acogedor.

Las romerías y ferias ganaderas recuerdan el pasado agrícola y ganadero de la localidad, mientras que las actividades culturales, como exposiciones y talleres, fomentan el orgullo por la identidad cántabra.

Atractivos únicos: naturaleza, surf y autenticidad

Lo que diferencia a Galizano de otros destinos es su equilibrio entre naturaleza salvaje y vida rural. Aquí, los acantilados y playas vírgenes conviven con prados donde pastan vacas y casas de piedra cubiertas de hiedra.

El surf es una de las actividades estrella, gracias al fuerte oleaje de la playa de La Canal, que atrae a deportistas de toda España. La tranquilidad, la hospitalidad de sus gentes y la ausencia de grandes aglomeraciones convierten a Galizano en un refugio perfecto para quienes buscan desconectar y disfrutar de la autenticidad cántabra.

Dónde dormir: alojamientos con encanto

Galizano ofrece una variada oferta de alojamientos que van desde casas rurales tradicionales hasta apartamentos boutique. Muchos de ellos están ubicados en antiguas casonas restauradas, rodeadas de jardines y con vistas al mar o a la montaña.

Destacan opciones como los Apartamentos Boutique Aroca, que combinan diseño moderno y respeto por la arquitectura local, o las múltiples casas rurales familiares, ideales para grupos y escapadas en pareja. La hospitalidad, el trato cercano y la tranquilidad son señas de identidad en todos los alojamientos, garantizando una estancia inolvidable en este rincón único de Cantabria.