Actualizado a
Di que sí, María Jesús Ruiz. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse, a rehacer su existencia, a contradecirse, a ser incoherente, a desconcertar a todo dios con una biografía sin rumbo y sin propósito.
Sí, pero…
¿Tanto, querida niña? Aún no nos hemos secado las lágrimas que nos provocó el relato de la mala vida que te daba ese señor que estuvo en la cárcel ¡cuando nos enteramos de que has vuelto con él! Y que el otro caballero, que también estuvo en la cárcel pero de forma injusta porque era un ángel de bondad, en realidad no lo era tanto. Mis deducciones, simpática sevillana: por una parte es evidente que no das importancia al físico de los hombres y eso te honra, pero por otra, si es cierto que eres interesada y solo vas detrás de la pela, no puedes errar más el tiro. Cámbiate las gafas, pequeña.