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Ahora resulta que, según el test de inteligencia que le hicimos en Sálvame Deluxe, Aramís Fuster es superdotada. Un 146, a tan solo catorce puntos de Bill Gates. Como soy de esa clase de personas que siempre intenta aprender de seres intelectualmente superiores me quedo hablando con Aramís durante una de las publicidades del programa. “¿Y de qué hablasteis?” os preguntaréis con impaciencia. Pues de sexo, claro. Le pregunté por su faceta de dominatrix y se le iluminó la cara: “Jorge, no sabes lo buena que soy. Tengo clientes a los que les pego unos palos que los dejo secos. Y les impongo unos castigos de no te menees. Según el tributo que me den –porque yo no cobro dinero- puedo tenerlos hasta encerrados sin comer en una habitación dos días. Lo primero que hago cuando vienen a verme es exigirles que se desnuden, no vaya a ser que me graben con un móvil. Claro que tampoco creo yo que fueran capaces de distribuir esas imágenes porque todos acaban lamiéndome la suela de los zapatos”. “¿Y tú te desnudas?”. “¿Yooooo? Nunca –responde tajante-. ¡Ni tampoco me tocan! Yo me coloco mi mono de cuero y si conviene un antifaz pero vamos, ni se les ocurre tocarme!”. Pues así, queridos lectores, es como intento desarrollar mi vida intelectual, aprovechando las visitas que destacadas personalidades tienen a bien hacer al plató del Deluxe.