Las Salazar de los Gipsy Kings son las reinas del brillo pero, bajo tanta piedra preciosa, esconden una profunda pena. En esta edición del reality Raquel se sinceró con su hija Noemí sobre el mayor drama de su vida: que su otra hija no quiera saber nada de ella.

Esta temporada hemos sabido que Raquel no solo es madre de dos, sino de tres. Este tema es tan doloroso que apenas sale a relucir en sus vidas, pues provoca una enorme tristeza en la diseñadora que, una vez más, ha vuelto a confesarse con su máximo apoyo, Noemí.

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Según la más joven, su progenitora es su ejemplo a seguir y el espejo en el que mirarse. La considera una mujer aspiracional, pues todo lo que se ha propuesto, lo ha logrado. Pero hay una cosa que no. “Tú sí que eres mi ejemplo, porque tú tienes a tu hija a tu lado y yo no la tengo. Ni mi hija quiere estar conmigo”, decía Raquel sollozante.

Esta otra joven, cuya identidad no se conoce y hasta esta temporada no se había hablado de ella, vive desde hace años alejada del núcleo familiar, lo que provoca en Raquel unos remordimientos terribles. "Siempre te queda la duda de si lo has hecho mal, de si ella no se ha sentido a gusto conmigo. Me considero mala madre, tengo una espinita clavada. He fracasado como madre”.