Bernardo Pantoja ha fallecido en el hospital Virgen del Rocío tras llevar semanas con un estado de salud muy delicado. En los últimos meses, los ingresos y altas hospitalarias se sucedían, y aunque ahora sus hermanos han estado a su lado velando por él y no dejándole solo en sus últimas horas; lo cierto es que no siempre fue así. La relación con sus hermanos Angustín e Isabel ha sido compleja, especialmente en los últimos años; en los que las peleas y los roces han abundado más que la concordia.
El ascensor que no pudo pagar Bernardo Pantoja
Podríamos situar la explosión de rencillas entre hermanos en el 2017, año en el que a Bernardo Pantoja le amputaron una pierna debido a la diabetes que padecía (enfermedad que comparte con su Isabel y con su sobrino Kiko Rivera). El padre de Anabel Pantoja y su mujer Junco vivían en un segundo sin ascensor en Sevilla (propiedad de Isabel Pantoja); y cuando entre todos los vecinos decidieron poner uno, él se negó a pagar la derrama; por los que se instaló una llave para que solo los que lo habían pagado lo pudieran utilizar. Y llegó el drama. Le amputaban una extremidad y él pasaba a requerir, de manera urgente, el ascensor. Los vecinos le pidieron 18.000 euros para equipararse a todos ellos y poder acceder a él. Una cantidad extremadamente alta para el padre de Anabel y que se veía incapaz de conseguir. Buscó entonces una vía para poder tener ese dinero: conceder una entrevista en ‘Sálvame Deluxe’. Y se desató la tormenta.
“Sé que sois muy destructores con la familia Pantoja, pero yo te doy una entrevista porque necesito dinero”, le dijo Bernardo Pantoja a Kiko Hernández. Pero entonces sucedía algo. El entrevistado se retractaba y decidía no sentarse en plató. Lo que había pasado era que su hermana Isabel le había dado el dinero que este necesitaba para que no tuviera que hablar de su familia ni de ella. Llamó poderosamente la atención que el dinero se lo ofreciera una vez se supo la propuesta de entrevista, pero no antes de la misma. Un ‘regalo’ in extremis con el que Isabel, tal y como dijo Kiko Hernández, “ha comprado el silencio de su hermano”.
La muerte de doña Ana, la gran pena de Bernardo
Las diferencias de Bernardo con Agustín e Isabel se intensificaron en los últimos meses de vida de doña Ana. Kiko Rivera, vía Belén Esteban, contó que a su tío le habían negado la entrada a Cantora. “Fueron un amigo de la familia y Bernardo, entraron por una de las puertas y cuando llegan arriba no les abría nadie. De repente, detrás de la puerta se oye a Agustín Pantoja diciendo que no le iba a abrir la puerta, a ninguno de los dos. Bernardo le dice ‘ábreme, que quiero ver a mamá'. Agustín le dice detrás de la puerta que no va a abrir, están un rato allí y se tienen que dar la vuelta porque nadie en Cantora les abre la puerta”. Esto le provocó una pena tremenda, e hizo que se distanciaran aún más. Completamente devastado, Bernardo habló entonces con Kiko y le contó lo que había sucedido y la decepción que había supuesto esto para él.
Esta habría sido la última oportunidad para poder encontrarse madre e hijo. Meses más tarde fallecía doña Ana y entonces ocurría un nuevo desencuentro entre Bernardo y su hermano Agustín, puesto que Isabel no acudió al tanatorio de su progenitora. El padre de Anabel llegó al velatorio acompañado por Magdalena, hermana de doña Ana y con la que no mantiene buena relación el resto de la familia. Esto no fue bien recibido y le dijeron que si quería pasar a despedirse del cuerpo sin vida de la matriarca, podía, pero no la hermana de esta. La encargada de comunicárselo fue una mujer que ejercía de portavoz de Agustín; pero esto no gustó a Bernardo así que “se fue del tanatorio a su casa sin poder velar a su madre”, dijo la propia Magdalena.
Junco, el origen de todo
Y la última y gran rencilla que quizás da origen a todas las demás: Junco. La bailaora flamenca que ha hecho más fácil la vida de Bernardo pero que parece haberle costado su relación con sus hermanos Isabel y Agustín; no tanto con Juan, con quien siempre ha sido más cercano. Desde que el tío de Kiko Rivera se enamoró de esta artista japonesa de evocador nombre, su familia le cerró las puertas. Nadie de los Pantoja estuvo presente en su boda, por lo que el matrimonio se dio el ‘sí quiero’ ante solo dos amigos que ejercieron como testigos del enlace. “Mi madre no habla con ella”, ha dicho Isa Pantoja la misma mañana en la que se anunciaba el fallecimiento de su tío. ¿Pero qué pasó entre ambas mujeres para que no hablaran? Lo cierto es que nunca lo sabremos. Aquella entrevista frustrada para el ‘Deluxe’ habría sido la única oportunidad para que este hablara al respecto. "La brecha familiar es cada vez más grande, Junco ha tenido problemas para entrar en esa habitación. Ha sido la propia Isabel Pantoja la que la ha invitado a salir”, dijo José Antonio León en ‘Sálvame’, apenas horas antes de que se produjera el fallecimiento. Finalmente, tal y como ha dicho Israel López, sí que habría podido despedirse del que fue el gran amor de su vida.
Gtres