Mientras todos seguimos a la espera de el incierto regreso de 'Las Campos', la presentadora ve cómo de repente el éxito de su paso veraniego por Telecinco la ha puesto, de nuevo, en boca de todos. Para bien y para mal, por supuesto. Y es que no todo han sido halagos. Terelu ha comprobado que exponer su vida ante las cámaras despertaba algunos de sus fantasmas del pasado. Y ahí aparecía de repente uno con el que jamás habría querido reencontrarse: su ex Pipi Estrada. Ese “periodista deportivo” del que habla Terelu en su reality. Y es que así es como en todo momento la hija de María Teresa Campos se refiere ante las cámaras al hombre que ocupó durante más de tres años su corazón, ese corazón que desde hace más de un año suspira por un nuevo amor que no llega. “Convivió conmigo más que con el padre de su hija”, puntualiza Pipi en una reciente entrevista en el diario El Mundo. Dolido por el ‘fingido olvido’ de Terelu, Pipi, que asegura que su relación con Terelu fue un “accidente” del que parece muy arrepentido, recuerda a Terelu aquellos años que pasaron juntos. “Forma parte de su pasado. La historia se puede negar, pero no borrar...”, dice el periodista, que no deja en muy buen lugar a Terelu. “No tiene ninguna inquietud cultural. Del periódico solo leía el horóscopo”, recuerda Pipi, que apunta directamente al entorno de Terelu como parte del culpable de su ruptura. “Yo lo pasé muy mal con Terelu, era muy celosa... Me abandonó por celos, por ir al funeral de mi exsuegro. Era una mujer que buscaba permanentemente el conflicto. Además no solo salía con ella. Salía con ella, con su madre y con un ejército de pelotas. Teresa era una persona muy generosa, les pagaba todo. Pagaba por su amistad”, ha asegurado este expareja de Terelu. Es la opinión del hombre que más tiempo ha pasado con ella. Hubo muchos más, y ninguno sigue hoy al lado de Terelu. Quizá sea el entorno o quizá sea que la presentadora no tiene suerte en el amor. Lo recordó hace poco ante las cámaras, cuando hablando con Ana Rosa Quintana aseguró que no había encontrado aún ningún príncipe, que todo habían sido ranas. “Sí, sí... Algún príncipe has tenido”, le dijo Ana Rosa. “¿Ah, sí? ¿No me digas?”, respondió suspicaz.