Cualquiera que dude de las condiciones extremas de Supervivientes es que no debe haber visto nada del concurso. Semanas sin comer, durmiendo a la intemperie, siendo acribillado por los mosquitos y, encima, compartiendo espacio con gente que no te cae demasiado bien. ¡Cómo pueden soportarlo! Pues no queda ahí la cosa. Iván, exconcursante de la última edición, nos ha desvelado un detalle muy incómodo: tampoco se duchan.

Artículo recomendado

Iván cuenta la verdad sobre su relación con Alba Carrillo

Iván González

No es que no lo supiésemos, pero, claro, hasta que no lo dicen, no imaginas lo que debe ser estar tres meses rodeado de gente que no ha visto una botella de gel ni de lejos. ¡Basta, basta! El culpable de todas estas reflexiones ha sido Iván, un hombre que siempre se ha caracterizado por ser muy sincero y decirlo todo a la cara. Pero, ¿hacía falta? ¿No podíamos vivir en nuestra fantasía de buenos olores y playas paradisíacas?

Es cierto que la única manera de lavarte es en agua salada”, ha contado en el programa de Omar Suárez en Radioset. “Tampoco le prestaba mucha atención a lo de estar guapo y limpio. Lo duro es tener compañeros al lado que olían muy mal”. Porque, claro, uno mismo no se huele, ha confirmado el exsuperviviente, pero a los demás sí...

¿Y quién era el que peor olía? “Juan Miguel”, ha confesado Iván. ¡Madre mía! Aunque se ha encargado de matizar que no era el único, que todos olían fatal. De hecho, eso es mucho peor que no comer. “Al final, el estómago se te acostumbra y lo más duro es la convivencia, los días de tormenta, la lluvia... Es más la mente que se te debilita que el pasar hambre”.

Aun así, Iván tiene claro que el año que viene, si le llevan como invitado, no como concursante, no le importará ir. Tampoco lo pasarán tan mal, ¿no? Si no, ¡no volverían ni locos!