Paz Padilla es una conversadora generosa, por eso su entrevista con Andreu Buenafuente dio para muchísimo. La actriz y presentadora acudió al plató de 'Late Motiv' para hablar de su última obra de teatro, 'Desatadas', y de paso, recorrer los aspectos personales y profesionales de su trayectoria vital. Son muchos años que ambos se conocen y hubo mucho complicidad entre ellos.

Como no podía ser de otra manera, la charla se detenía bastante tiempo en el trabajo de Paz en 'Sálvame'. La presentadora daba otro gran titular a Andreu reconociendo que "no estoy muy de acuerdo con muchas cosas", por lo que procura "no hablar mucho" ni "dar mi opinión". Padilla revelaba también que hubo un tiempo en el que temió porque el programa perjudicara su carrera profesional. "Pensé que 'Sálvame' me iba a pasar factura, y tenía miedo, pero ya no. Ahora ya no tengo miedo a nada, porque veo que tengo proyectos y mi carrera como actriz, presentadora y humorista continúa". Asimismo, ha tenido palabras de orgullo hacia sus compañeros del programa: "Es un programa muy difícil de hacer. (...) Los colaboradores entienden el ritmo, la velocidad y lo que es el show. Muchas cosas son verdad, pero lo sufren muchísimo. Son guerreros".

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La entrevista atravesó otros derroteros más distendidos y picantes que acabó sonrojando a Buenafuente. El presentador le recordó que, cuando trabajaban juntos, la presentadora de 'Sálvame' tenía la costumbre de usar un chocante apodo para referirse a él: "polla gorda". Muchas incógnitas despertaban en la audiencia tal anécdota y Paz confesaba que, a diferencia de la mayoría de gente, que usa el método del tamaño de la nariz para hacerse una idea de las características de los atributos masculinos, "yo me fijo en las manos". El presentador se quedaba perplejo ante esta habilidad de su entrevistada y le sugería que puede que se estuviera equivocando. Padilla, con una seguridad pasmosa, aseguraba que nunca fallaba.

No fue la única de sus confesión curiosas. Y es que la actriz de 'LQSA' confesaba uno de sus grandes complejos y que aún hoy la persiguen. "Siempre he tenido mucho complejo de "cuentachistes". A mí me han usado lo de los chistes como insulto. Y he oído mucho eso de "mira, la cuentachistes". Como si fuera un desprestigio contar chistes", decía antes de hacer un bello alegato hacia los humoristas nacionales: "Los grandes humoristas de este país saben interpretar muchísimos personajes (...) Esa capacidad solo la tienen los humoristas. A ver si se empieza a ver a los humoristas como grandes actores y grandes maestros del humor".