Para apodarse 'la reina de los realities' en Chile, Oriana Marzoli no aguanta uno en España (o en Honduras). Y es que la venezolana abandonaba 'GH VIP' a los dos días de haber entrado en la casa de Guadalix de la Sierra, argumentando ansiedad y agotamiento emocional precisamente por haber entrado en tres realities de convivencia en Sudamérica. "Me siento muy agobiada. Realmente no estaba preparada para entrar en otro reality", argumentaba Oriana ante la insistencia de Jorge Javier, que intentó por todos los medios que aguantase.
Eso sí, Oriana ya lo tenía todo pensado cuando estaba en el sofá del confesionario llorando desconsolada porque no soportaba más estar encerrada. "No quiero penalización", pedía la venezolana a cambio de aguantar hasta el jueves, pero la cosa quedó en nada. ¿Entonces tiene Oriana que hacer frente a la multa económica que exigen este tipo de concursos de convivencia a quienes abandonan injustificadamente? Pues, al parecer, podría librarse. Según argumenta el portal Bluper, existe un vacío legal que exime a los participantes de afrontar esa cantidad.
El mismo resquicio ya ayudó a Adrián Rodríguez a esquivarla cuando dejó 'Supervivientes' en la pasada edición. Y es que los concursantes tienen un contrato laboral con la productora y, por lo tanto, son, a efectos legales, trabajadores como cualquier otro. Tal como explica la revista, estos tienen sus derechos laborales y "nadie puede obligar a nadie a a quedarse en un puesto de trabajo. Cualquier trabajador puede abandonar su puesto cuando desee". Sin embargo, lo que les diferencia es que también firman un contrato mercantil con el que permiten emitir imágenes suyas como parte de sus derechos de imagen, aunque prevalezca el contrato laboral.
Por todo ello, la revista asegura que fuentes legales entienden este tipo de cláusulas como "más intimidatorias que reales", para que el concursante tenga motivos para replantearse más de una vez lo de dejar el concurso. De hecho, la revista recuerda el caso que sentó cátedra en este tipo de situaciones: fue el del 'reality' francés 'La isla de las tentaciones' que, en 2009, fue el objeto de la sentencia del Tribunal Supremo, que consideró que este tipo de concursos equivalen a cualquier otro trabajo y, como tales, ningún programa de televisión podría someter a un concursante a 24 horas de trabajo consecutiva, a menos que se pague o se pacte.
Así pues, a Oriana le convendría volver a los medios del corazón un ratito para informarse de esto y, como ya consiguió cuando abandonó 'Supervivientes' en 2014 (también a los dos días de concurso), librarse de pagar la multa de la productora.