La familia real británica por fin va a poder despedirse del duque de Edimburgo como se merece el próximo 29 de marzo, cuando se celebrará un servicio conmemorativo en honor al duque de Edimburgo en la Abadía de Westminster. Casi un año después de su fallecimiento, todas las casas reales europeas se reunirán en un encuentro en el que se ha especulado sobre la ausencia de la reina Isabel II.

Tal y como ha publicado el diario ‘Daily Mail’, el delicado estado de salud de la reina Isabel II, quien incluso estaría utilizando una silla de ruedas para desplazarse por el castillo de Windsor, ha provocado que el palacio de Buckingham esté preparado un operativo especial para que la monarca pueda acudir sin que se capte en público su fragilidad.

Así, la reina Isabel II podría volar durante 15 minutos desde el castillo de Windsor hasta el palacio de Buckingham y, posteriormente, sería trasladada en coche hasta la había de Westminster. Según los planes de la institución, el recinto aledaño se bloquearía con pantallas de casi dos metros de altura e incluso se baraja la posibilidad de instalar un túnel como el que hay en los partidos de fútbol para que no se pueda fotografiar la bajada de su majestad del vehículo.

Isabel II
Gtres

Unas medidas con los que Isabel II, ante todo, quiere evitar aparecer en público con una silla de ruedas. La monarca está obsesionada con no repetir la imagen que ya protagonizó su hermana, la princesa Margarita, cuando apareció moviéndose con ella seis meses antes de su muerte. “Es una imagen inquietante que la reina no recuerda con cariño”, ha asegurado una fuente cercana a la monarca a la mencionada publicación.

“La imagen era terrible. Se suponía que la protagonista iba a ser la reina madre, pero toda la atención se centró una princesa Margarita tristemente en declive”, han asegurado sobre la fotografía, en la que la hermana de Isabel II aparece con gafas de sol, un brazo en cabestrillo y en silla de ruedas, cuando ya se encontraba muy delicada de salud.

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Reina Isabel II

Una imagen que permanece en la retina de Isabel II y que no quiere imitar bajo ningún concepto. A ello se suma que en palacio también temen que no aguante sentada más de una hora en la Abadía de Westminster. Unas incomodidades que Isabel II está dispuesta a sufrir para poder rendir homenaje al duque de Edimburgo tal y como se merece.