La vida de Kiko Rivera sigue bastante agitada. Y es que, tras el ingreso de su madre en prisión por un delito de blanqueo de capitales, el dj está pasando por unas horas bajas. Sin embargo, en su vida hay dos personas que están haciendo más llevadera la situación, ellas son su novia, Irene Rosales, y su hijo, el pequeño Francisquito.

 

Sin duda, es su hijo quien le saca más sonrisas, y es que el niño ha sido uno de sus pilares para pasar estas amargas Navidades un poco más feliz. Francisquito es fruto de su relación con la modelo Jessica Bueno, un niño de dos años muy guapo y vivo reflejo de su padre a su edad.

 

Kiko y Jessica comparten la custodia de su hijo, y al dj le toca estar con él cada dos semanas de lunes a jueves, unos días que le dedica al niño por completo, disfrutando de cada instante con él. En el último intercambio Rivera se acercó hasta la casa de la modelo a recoger al niño, en el pueblo sevillano de Los Morales.

 

Acudió sin compañía al encuentro, a pesar de que lo común es que vaya acompañado de Irene o de su prima Anabel, ya que entre la expareja ha habido muchas tensiones. Sin embargo, todo está más tranquilo entre ambos, pues han limado asperezas por el bien de Francisquito, algo que se traduce en que Kiko haya ido a recoger a su hijo él sólo.

 

Y es que la vida del hijo de Isabel Pantoja parece que está retomando un rumbo más tranquilo. La familia se repone lentamente del duro golpe que supuso la entrada a prisión de la tonadillera. Precisamente, la semana pasada se produjo el primer encuentro del 2015, en el que Isabel pudo por fin felicitar a sus hijos y a su hermano el año nuevo y pasar un rato juntos para intentar olvidar estas navidades, que sin duda han sido una de las más tristes para la familia.