Parecía un día de lo más normal en la isla. El sol brillaba, los peces nadaban y los supervivientes trataban de conseguir algo de alimento. Pero, entonces, comenzaron a escucharse unos gritos provenientes del mar. ¿Pero qué está pasando? Iván y Alejandro corriendo a auxiliar a José Luis, creyendo que el concursante estaba sufriendo, de nuevo, un cólico, pero lo que allí se encontraron fue algo mucho más sorprendente...
Los gestos de dolor del superviviente estaban motivados por un pulpo. Sí, ¡un pulpo! El animal se había pegado a la espalda de José Luis y le había clavado los dientes -¿tienen dientes los pulpos? Ahora llamamos a un biólogo para que nos lo explique bien-. Sus compañeros, muy alertados, fueron a socorrerle, pero tampoco necesitó mucha ayuda. En unos segundos, se deshizo del pulpo y todos contentos. Su única preocupación era que no se perdieran las gafas de bucear.
Las chicas no podían creer lo que había pasado. Pero es que José Luis no quería dejar escapar el pulpo y prefirió que se le pusiese encima antes de perder ese exquisito bocado. ¡Como un campeón! “Lo he vivido muy bonito”, confesó después del ataque. “Nunca había vivido algo así con un pulpo”. Lo de José Luis, desde luego, no es de este mundo... ¿Qué otro concursante hubiese arriesgado su integridad física para llevar comida a la isla? ¡Ninguno!