Se acaban de cumplir 14 años de la boda de Alberto (67 años) y Charlene (47 años) de Mónaco. Si por algo se recuerda el enlace, es por el rostro serio de la princesa, por sus lágrimas, por los rumores de que quería salir huyendo de palacio minutos antes de contraer matrimonio. La clara muestra de que para ella su incorporación a la familia Grimaldi nunca ha sido un camino de rosas. Ni siquiera el día más feliz de su vida.
Han sido muchas las situaciones a las que Charlene de Mónaco ha tenido que hacer frente. Entre ellas, el hecho de que su marido Alberto de Mónaco tenga dos hijos ilegítimos. Además de Jacques y Gabriella de Mónaco, que son los mellizos de diez años que el matrimonio tiene en común, el príncipe monegasco es padre de Alexandre y Jazmín Grimaldi.
Jazmín Grace, la hija mayor de Alberto de Mónaco, tiene 33 años y es fruto de su relación con la camarera Tamara Rotolo. Por otra parte, su hijo Alexandre Coste, es fruto de la relación que Alberto de Mónaco mantuvo con la exazafata Nicole Coste. Es un joven de 21 años al que el mayor representante de la familia Grimaldi reconoció cuando era un bebé. Poco después de darle su apellido a Alexandre, fue cuando Alberto también reconoció a su hija mayor, que ya era una adolescente.
Mucho se ha hablado a lo largo de los años de que la existencia de Alexandre y Jazmín sería algo que a Charlene de Mónaco no le haría gracia. Algo que habría ido a más cuando Nicole Coste publicó una foto de Alberto de Mónaco junto a sus hijos durante una estancia en Nueva York. Pese a que los jóvenes se lleva n bien con su padre y también con algunos de sus primos, hijos de sus tías Carolina y Estefanía de Mónaco, con la mujer de su padre las cosas serían diferentes.
@ nicole.coste
Así afecta a Charlene la existencia de Alexandre y Jazmín
Para entender un poco más de los sentimientos de Charlene ante esta situación con los hijos ilegítimos de su marido, hemos hablado con la psicóloga Lara Ferreiro, autora del libro '¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta'.
Lo primero que ha hecho Lara Ferreiro ha sido recordar algunos de los hechos y episodios que han marcado el matrimonio de Alberto y Charlene de Mónaco. “Hay que saber que ella y Alberto se sacan 20 años, que ella ha sido siempre la princesa triste europea, y ahora parece la princesa renacida. Se ha dicho ya de todo, que ha tenido adicción a somníferos, de hecho, también decían que ella era un matrimonio de conveniencia, que se le asignaba un millón y medio en el Principado y se gastaba 15 millones…”.
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Polémicas a las que hay que sumar los hijos ilegítimos de Alberto, ahora reconocidos. Sobre el momento en el que el príncipe hizo público esto, la experta ha recordado que “antes de su entronación, Alberto confirmó la existencia de Jazmín, la hija que tuvo con una camarera californiana en los 90, y luego de Alexandre, al que tuvo con una azafata”. Una situación que ha traído muchos quebraderos de cabeza a su esposa.
Sobre cómo habría caído esto en Charlene de Mónaco, Lara Ferreiro ha comentado que “al enterarse que Alberto tenía dos hijos secretos, podía haber incluso hecho que Charlene, que fue la princesa más triste en su boda, que durante años haya estado extremadamente triste y deprimida… Las apariciones públicas eran de gestos forzados, serios. Ella ha dicho que era un pez fuera de la pecera que nunca encajó, y su lenguaje corporal, es que no se podían aguantar Alberto y Charlene, ¿no? O sea, muy mal. Creo que ha sido una pareja súper atormentada”.
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Lara Ferreiro ha pasado entonces a profundizar la razón por la que Charlene vería como una amenaza a Jazmín y Alexandre. “Que además ahora Jazmín, esta ilegítima que bueno, ya reconocida y la podemos llamar mejor secreta, dicen que es la heredera de Grace Kelly. Su presencia mediática puede incomodar muchísimo a Charlene, que la vea como una enemiga”, ha asegurado sobre esa percepción que la princesa podría tener de la hija de su marido. Algo a lo que hay que sumar cómo influye en ella su gran objetivo en cuanto a sus hijos Jacques y Gabriella se refiere.
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La psicóloga ha comentado que “el único objetivo de Charlene es que sus hijos, Gabriella y Jacques, pues sobre todo él, ¿no? Pues que reinen. Está obsesionada en verle reinar”. De ahí que haya hecho hincapié en que Charlene y los hijos ilegítimos de Alberto “son enemigos. Si algo pasase a sus hijos, aunque no tienen derecho a sucesión e irían por otro lado, siempre estaría esa competencia simbólica entre hijos… Entre los herederos legales y aquellos que no lo son”.
A lo que también ha hecho referencia Lara Ferreiro, ha sido a esas informaciones que en su día aseguraron que Nicole Coste, madre de Alexandre, había sido muy crítica con Charlene de Mónaco. La psicóloga ha recordado que “Alexandre dijo que su madre, Nicole, criticó muchísimo a Charlene. O sea, muchísimo. Que incluso llegó a decir que Charlene desplazó a su hijo de la habitación que ocupaba en el palacio. Es decir, como que la ponían como la mala del cuento”. Unas afirmaciones que, inevitablemente, tal y como ha comentado Ferreiro, “eso le ha perjudicado mucho también a su imagen, porque la madre salió dando declaraciones de Charlene”.
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Sobre qué es lo que puede pasar por la cabeza de Charlene de Mónaco con toda esta historia de por medio, Lara Ferreiro ha asegurado que “primero, para Charlene puede ser una devaluación como mujer, descubrir que tenía, aunque fue previo a su romance, hijos ilegítimos del marido, esa herida de mujer…”. Una situación que puede conllevar que la mujer de Alberto de Mónaco “pueda tener celos retroactivos, que se llaman, aunque sean de relaciones anteriores a su matrimonio. El hecho de que tenga hijos puede generar celos, resentimientos, porque además hay una comparativa entre los hijos y luego dificultad pues de perdonar, de generar confianza en su matrimonio…”.
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De ahí que Charlene de Mónaco pueda ver a Alexandre y Jazmín “como que son unos enemigos, y ellos vean como la madrastra del cuento a Charlene, y que al final eso suponga muchísima fricción”. Además, Lara ha reiterado que “saber que tu marido tiene hijos, pues puede ser un obstáculo muchas veces, para la complicidad entre ellos…”.
Además, ha hecho referencia a cómo más allá de saber de la existencia de los hijos secretos de su marido, también podría haber influido en Charlene de Mónaco la forma en la que se enteró de que existían. “A lo mejor, el problema para ella no es que los tuviera, sino que a lo mejor Charlene se enteró de una forma muy traumática para ella, por la prensa… La rumorología está un poco ahí”.
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Lara Ferreiro también ha hecho mención a cómo uno de los roles más importantes de Charlene de Mónaco es el de madre del heredero. Será su hijo Jacques el que un día tome el relevo de Alberto y ella es un punto clave en la formación del niño y en su bienestar. “Luego también la identidad de madre del futuro heredero de Mónaco se va a ver muy, muy, muy, muy amenazada porque ella aguanta todo eso, que aguantar a Alberto debe ser complicado, debe ser medio maniático por lo que dicen…. Pues claro, lo hace para ver a su hijo reinar”, ha afirmado la experta sobre cómo la situación también influye a este rol que tiene. Según Ferreiro, “que existan otros hijos, pues se puede sentir desplazada, en competencia simbólica”.
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Que Jazmín y Alexandre estén reconocidos por Alberto y que tengan buena relación, también podría inquietar a Charlene en cuanto a qué sucederá con el trono que un día será para su hijo. La psicóloga ha hecho referencia a que “puede tener miedo e inestabilidad en el trono. Aunque son hijos ilegítimos y no tengan derechos dinásticos, pero solo su mera existencia puede hacer que Charlene tema por el futuro político y simbólico de sus propios hijos”.
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Otro de los aspectos a los que ha hecho mención la psicóloga ha sido a lo presionada que se puede sentir Charlene con las comparaciones que puede haber entre sus hijos y los otros dos hijos de su marido .”Luego además presiones… Comparativas entre los hijos y eso la genera, yo creo, ya muchos desgastes físicos, emocionales… Porque además también tiene que pasar tiempo presuntamente con esos niños, que van a ver al padre, y eso también, puede haber generado crisis en el matrimonio”, ha remarcado.
La psicóloga también ha hablado de la “ambivalencia afectiva hacia los hijos ilegítimos”. Lara Ferreiro ha explicado sobre esto que “por una parte, se siente culpable por no aceptar a esos hijos, pero además tiene sentimientos de rechazo, confusión, tristeza… Esa lucha interna que tienen muchas mujeres entre el deber real y las emociones personales”.
Cómo afecta a Jacques y Gabriella la existencia de sus hermanos
En cuanto a la existencia de los hijos ilegítimos de Alberto de Mónaco, para Lara Ferreiro también es importante cómo puede afectar su existencia a Jacques y Gabriella “También el hecho de que su padre tenga otros dos hijos, puede suponer una crisis de identidad, a nivel también de familia, confusión… Celos fraternales entre los hermanos por la atención y el cariño del padre, también puede ser”.
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Una situación que se puede traducir en presión sobre los pequeños pese a su corta edad. “Al final tienen que vivir bajado la presión de tener que ver todo eso, la presión del Principado que es como una jaula de oro, que además Charlene ahora le da exactamente igual y está empoderada y ahora ella se permite ser ella misma y creo que ya está mucho más recuperada su salud mental, pero es que le ha costado muchísimos años”.
Sobre los pequeños, la experta ha hecho un llamamiento sobre que “también puede haber un estigma social para los niños del colegio. Mira tu padre, ¡qué vergüenza! Tiene otros hijos, ¿no? Luego además también la presión. Para los mellizos de Charlene, pues esa presión es que tengan que comportarse como hijos perfectos”.
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De hecho, Lara ha comentado que Jacques y Gabriella “son los perfectitos, los legítimos herederos y eso también les puede generar mucha presión a los niños. O a lo mejor, pues imagina que hay un conflicto de lealtades, que Charlene no se lleva bien con los niños y si se llevan bien entre los hermanos… Pues que sientan que están traicionando a sus madres…”.
Palais du Monaco
Una tesitura la de los pequeños que “puede hacer que desestabilice muchísimo a Charlene, porque al final Charlene es una madre absolutamente protectora con sus hijos. O sea, si no llega a ser por ellos, yo no sé qué hubiera sido su salud mental”.
Las conclusiones de la psicóloga sobre cómo afecta a Charlene la situación
Como conclusión a este tema, Lara Ferreiro ha determinado que “yo creo que ha sido un proceso traumático para ella adaptarse a la jaula de oro monegasca del Principado. Y creo que una de las cosas que más ha influido en ella es saber que a lo mejor sintió de forma traumática que Alberto tenía otros hijos que no sabía. Y de ahí largas ausencias del Principado”.
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Al menos, la experta ha puesto de manifiesto que poco a poco, Charlene va resurgiendo. “Ella ha dado señales de agotamiento durante mucho tiempo. Mucha soledad, mucha tristeza. Porque al final su rol era ser la mujer de Alberto de Monaco, pero no tenía su nombre propio. Estaba como la princesa triste oculta. O era la madre de los mellizos futuros herederos. Pero como que ella era como si fuera invisible, ¿no? Y ahora creo que por primera vez está recuperando su voz”.
Una voz que utiliza en gran parte para abogar por el futuro de sus hijos Jacques y Gabriella. Para terminar su análisis, Ferreiro ha comentado que Charlene “está reivindicando también que sus hijos son los legítimos herederos. Y ella va a estar ahí. Yo creo que el mayor miedo de Charlene es que, primero, no lleguen a arruinar su hijo con todo lo que ella ha pasado y que luego su hijo caiga, o sus hijos, sus mellizos, en la soledad de palacio”.