Una psicóloga advierte sobre Estefanía de Mónaco y Charlene: "Ambas han sido muy desgraciadas en palacio y están devoradas por la presión del Principado"

Si algo ha quedado claro a lo largo de los años es que en Mónaco, detrás del lujo, el glamour, y los actos oficiales hay una familia con sus más y sus menos. La vida de los Grimaldi siempre ha dado mucho qué hablar, marcada por los escándalos, las  infidelidades y, lamentablemente, también las tragedias.

Dentro de ese entorno palaciego hay una relación que genera bastante curiosidad: la de Estefanía de Mónaco y su cuñada, Charlene. La personalidad reservada de la sudafricana contrasta con la rebeldía, ya pasada, de Estefanía. Sin embargo, en un punto sus caminos se encontraron y actualmente mantienen un vínculo muy especial. Lo vimos hace justo un año cuando ambas no dudaron en derrochar complicidad durante un acto oficial, una imagen entre risas y abrazos que no dejó indiferente a nadie.

Charlene, a su manera, ha tratado de mantenerse firme en un entorno donde las expectativas no siempre se alinean con la realidad, algo en lo que su cuñada se ha sentido muy identificada. Las dos representan visiones muy distintas de lo que significa ser mujer dentro de una familia real. Estefanía rompió moldes, vivió a su manera, y nunca se encasilló. Charlene, por su parte, ha tenido que lidiar con las críticas, el férreo protocolo y situaciones críticas que casi la llevan a romper con todo. Hablamos con la psicóloga, Lara Ferreiro, sobre el vínculo entre Charlene y Estefanía. Una amistad que va más allá de los lazos familiares que las unen. 

"El mayor enemigo de Estefanía de Mónaco ha sido ella misma y esa necesidad de afirmación", expone la experta. No obstante, la transformación de la princesa monegasca ha sido radical y se debe, según Ferreiro, a que a los 60 años ha sido capaz de "conectar con su yo verdadero". "No ha buscado protagonismo, sino sentido a su vida. Es una mujer profunda, fundamentalmente atormentada por el dolor de la trágica muerte de su madre", expone la profesional. De ahí que ahora haya encontrado ese punto de paz y calma que tanto ansiaba lejos de la vida pública, los prejuicios y sus propios demonios.

La relación de Estefanía y Charlene de Mónaco, según una psicóloga

En su análisis, la autora del libro: '¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta' define a Estefanía y Charlene como "las dos ovejas negras" de la familia y, quizás ahí, radica esa unión tan inesperada para muchos. "Ambas han sido muy desgraciadas en palacio y están atrapadas en ese rol público, devoradas por su imagen pública y la presión del Principado (...) Estefanía es para Charlene esa figura de empatía, de libertad, de comprensión", asegura.

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Lo cierto es que ambas han tenido que lidiar con la soledad y una serie de crisis emocionales que de una forma u otra las ha unido hasta convertirse en fieles escuderas. Aunque lo cierto es que Estefanía ha limitado mucho sus apariciones públicas, cada vez que coinciden se hace evidente el cariño que existe entre ellas, una conexión que dista mucho de la frialdad de Carolina. "Estefanía nunca juzgó a Charlene. Fueron comprensivas. Son unas supervivientes", nos cuenta.

"Cuando dos mujeres que han sido dañadas por los mismos mecanismos se reconocen, generan una alianza estratégica para poder sobrevivir con ese peso asfixiante. Charlene ha encontrado en Estefanía una figura de empatía libre de prejuicios. Esa hermana que nunca tuvo" y, de alguna forma, se ha convertido en su confidente y ese  apoyo incondicional que nunca pensó en encontrar en el Principado.