Una psicóloga analiza el gran cambio de Charlene de Mónaco: "Ya no busca agradar, sencillamente ha encontrado su lugar, ser ella misma"

Durante años, Charlene de Mónaco (47 años) fue apodada por los medios como “la princesa triste”. Su rostro afligido y serio en los eventos públicos se convirtieron en una realidad que ensombrecía el glamour del que siempre había presumido el Principado. Un malestar general que se multiplicó con su huida a Sudáfrica y esa enfermedad que le obligó a estar 11 meses alejada de palacio. Pero en los últimos tiempos, algo ha cambiado...

La exnadadora olímpica y esposa del príncipe Alberto ha protagonizado una transformación radical que no ha pasado desapercibida para nadie. Quien haya visto recientemente a Charlene en actos oficiales habrá percibido esa nueva versión que ha cautivado al pueblo monegasco. Su estilo es más audaz, moderno y seguro. Hoy, luce elegante y sofisticada, conjuntos de alta costura elegidos con precisión y una presencia más firme y segura que nunca. Charlene ya no se esconde, ahora encarna con convicción el rol de Primera Dama y lo hace muy bien.

Pero más allá de su evidente cambio a ojos de todos, hemos querido abordar esta transformación desde un punto de vista emocional gracias a la psicóloga Lara Ferreiro. 

"Charlene ha tenido muchos problemas a nivel físico y psicológico en los últimos años pero de un tiempo a esta parte ha pasado de la princesa triste a ser una mujer empoderada, querida y segura de sí misma. Su imagen de marca como princesa está en el mejor momento. Su evolución es alucinante", ha resaltado la experta. Con una agenda pública plagada de actos institucionales, ya no queda nada de esa mujer triste y deprimida, "ahora está renovada, ha resurgido como el Ave Fénix. Es una de las transformaciones emocionales más notables de la realeza europea. No ha habido nadie que haya hecho algo así".

Al ponerse en su lugar, Ferreiro no puede evitar destacar la crudeza de su vida desde que decidió formar parte de la familia real monegasca, una determinación que la llevó a sufrir unos años marcados por la soledad. "Nunca ha tenido un apoyo, ni siquiera en su marido",asegura. 

La autora del libro: '¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta' define a Charlene como una mujer "atractiva, disciplinada y reservada". Sin embargo, no estaba preparada para llevar el peso de lo que suponía convertirse en la nueva Grace Kelly. "Le costó mucho adaptarse al complejo mundo de la realeza. Esa soledad palaciega, la presión mediática, ese rol rígido de tener que sonreír (...) Todo el mundo la comparaba con Grace Kelly y era muy duro. Lo ha vivido con mucha presión", nos explica.

"Su cuerpo grita lo que su boca calla", desapareció durante meses por problemas de salud. Fue una época muy complicada, el personaje terminó comiéndose a la persona.

Su controvertida relación con Carolina de Mónaco

Aunque en los últimos tiempos parece que han llegado a un entendimiento, lo cierto es que Carolina nunca vio en Charlene a la digna sucesora de su madre. No le gusta, quería otra cosa y esa tirantez entre las cuñadas se ha hecho evidente a lo largo de su historia. 

En relación a esto, la psicóloga señala directamente a Carolina de Mónaco. "Carolina no solo era la hermana del príncipe sino que era la figura fuerte del Principado y la llegada de Charlene invadió ese terreno simbólico. Entonces también puede que la haya visto como una amenaza", asegura. Un sentimiento que habría provocado un fuerte distanciamiento entre ellas.

Su matrimonio con Alberto, siempre en entredicho 

"Las estadísticas afirman que los matrimonios que se sacan más de 20 años terminan rompiendo. En este caso no es así por un único motivo, "porque son royals"", así de tajante se muestra Ferreiro sobre la relación entre Charlene y Alberto. Su matrimonio ha estado rodeado de una gran incertidumbre repleto de rumores de infidelidades y una familia paralela a la oficial con dos hijos extraoficiales. "Esto también habría sido muy complicado de gestionar para ella. Ahora, por primera vez, parece que han llegado a un acuerdo", apunta. Y es que ese gran momento personal de la sudafricana también se ha visto reflejado en la complicidad con su marido. 

Si bien su matrimonio supuso su encierro en una jaula de cristal, la llegada de sus dos hijos le dio luz y fuerza para seguir adelante. "Su papel como madre es clave en ese anclaje emocional. El nacimiento de Jacques y Gabriella fue un antes y un después. Charlene es una mujer maternal y serena y sus hijos la ayudan a mantenerse equilibrada", asegura la psicóloga. 

La nueva vida de Charlene como la verdadera Primera Dama de Mónaco

Aunque no se puede confirmar, con todas estas señales la psicóloga deja entrever que "Charlene ha pasado por una depresión". Una tristeza constante que ha dado paso a "una mujer con la autoestima restaurada, empoderada, con una agenda institucional activa, relajada...". Lara Ferreiro hace hincapié en su cambio de look, algo que en las mujeres suele simbolizar una nueva etapa. "Su estilo también ha evolucionado dando paso a nuevos colores, un nuevo corte de pelo... una transformación simbólica que refleja esa confianza en sí misma", nos cuenta.

Ha sido un proceso de adaptación muy complejo, pero después de 14 años lo ha conseguido. Como análisis final, Lara Ferreiro está segura de una cosa: "Ha dejado de luchar. Ya no busca ser Grace Kelly, ahora es simplemente Charlene". "Creo que ha aprendido a decir que no priorizando su salud mental. Ya no busca agradar, sencillamente ha encontrado su lugar, ser ella misma. De ahí esa serenidad que proyecta. Ya es la verdadera primera dama del Principado (...) Su imagen de marca está mejor que nunca y eso también ha traído consigo el apoyo incondicional del pueblo monegasco", ha sentenciado.