Detrás del trabajo de los miembros de las realezas, hay equipos de personas que trabajan a destajo para que todo salga lo mejor posible. Entre esas personas que hacen su labor en las diferentes casas reales, hay algunas que cobran especial relevancia. Se trata de las manos derechas de los cabezas visibles de cada Corona.
Cambios en las manos derechas de algunas royals
En el caso de la reina Letizia, ha sido María Dolores Ocaña la que ha ejercido de secretaria. Un puesto que a partir de agosto ocupará la periodista Marta Carazo tras el anuncio de la marcha de Ocaña. Un relevo que doña Letizia habría elegido con especial cuidado porque supone escoger a la persona con la que trabajar a diario mano a mano y en la que depositar toda su confianza.
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Un cambio que también va a tener que hacer Kate Middleton. En los últimos días, se ha sabido que la princesa de Gales se queda sin el gran apoyo de Natasha Archer. Tras 15 años en los que Natasha ha ejercido como estilista de la mujer del príncipe Guillermo de Inglaterra, tiempo en el que también han forjado una amistad, la estilista ha decidido tomar un nuevo rumbo profesional que dejará ‘coja’ a Kate.
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Porque para los royals, que sus confidentes se marchen, no debe resultar fácil. Decirles adiós, ver cómo su trabajo conjunto se termina y tener que hacer un cambio en estas funciones, es todo un reto que resulta de lo más importante. Una importancia de la que hemos hablado con María José Gómez Verdú, experta en protocolo y etiqueta.
La experta revela el rol de las manos derechas de los royals
Desde la revista Lecturas, nos hemos puesto en contacto con ella para entender mejor el trabajo de esas figuras tan importantes para los miembros de las realezas. Desde el comienzo de su explicación, Gómez Verdú ha dejado bien claro el importante papel que tienen por mucho que lo ejerzan en la sombra. “Las asistentes personales de la realeza no son meras secretarias o acompañantes. Son estrategas silenciosas, guardianas de la agenda, mediadoras con el personal de palacio, y a menudo, las únicas con acceso sin restricciones a una royal en los momentos más delicados”, ha sido la primera afirmación que ha compartido.
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La autora del libro ‘Protocolo POP’ ha justificado esa importancia al enumerar algunas de las funciones que tienen estas manos derechas. “En ellas confluyen competencias logísticas, diplomáticas, emocionales y, por supuesto, de protocolo. Si el vestido está perfecto, la sonrisa a punto, el mensaje bien afinado y la escena lista para ser fotografiada sin fallos, probablemente detrás haya una mano derecha que lo ha hecho posible”, ha dicho sobre esas tareas que aportarían seguridad a reyes, reinas, príncipes y princesas.
A Gómez Verdú le hemos preguntado por cómo eligen desde las casas reales a estas personas que van a tener una función tan importante. La experta nos ha explicado que a la hora de fichar a las personas de máxima confianza, “más que de currículum, se trata de confianza. Aunque se valore la formación en comunicación, relaciones internacionales o protocolo, el verdadero criterio es la afinidad, la lealtad demostrada, y una inteligencia emocional extraordinaria”.
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Porque tal y como ha profundizado la experta en protocolo, “estas profesionales deben conocer los códigos institucionales, pero también las vulnerabilidades humanas de quien representan. Ser confidente, sin dejar de ser profesional. Saber cuándo hablar… y cuándo desaparecer”.
Para explicar más sobre esta importante figura, Gómez Verdú se ha remontado a uno de los casos de la reina Isabel II. "La reina Isabel II, durante su largo reinado, confió en varias personas clave, pero una de las más influyentes, y menos conocidas fuera del círculo palaciego, fue Angela Kelly, su modista, asesora de imagen y confidente. Lejos de ser 'solo' una responsable de vestuario, Angela Kelly, fue durante dos décadas la mujer que ayudó a definir visualmente el estilo icónico de Isabel II”, ha recordado.
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Sobre las funciones que en su momento ejerció Kelly como persona de máxima confianza de una de las reinas más afianzadas, la experta nos ha contado que “su papel fue mucho más profundo: era quien seleccionaba tejidos según las exigencias del protocolo diplomático, coordinaba la vestimenta con los entornos simbólicos de cada país, y según fuentes cercanas al palacio, tenía acceso directo a la monarca sin pasar por los filtros institucionales habituales. Su cercanía llegó a tal punto que vivía dentro del castillo de Windsor, una rareza en la estructura de Buckingham, lo que evidencia el nivel de intimidad y confianza que manejaba”. Y tan implicada estaba en su trabajo, que “escribió incluso dos libros aprobados personalmente por la reina, un gesto que en la monarquía británica es sinónimo de reconocimiento oficial”.
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Después, Gómez Verdú ha pasado a hacer referencia a un nombre de la Corona española. En concreto, nos ha revelado que “en el caso del rey Felipe VI, su estructura de apoyo es más institucionalizada y discreta, pero hay figuras clave que han sido consideradas sus ‘sombras profesionales’”. Sobre esas personas del círculo de máxima confianza don Felipe, ha destacado que “uno de los nombres más relevantes es Jordi Gutiérrez, jefe de su secretaría desde su etapa como príncipe de Asturias. Gutiérrez no solo ha sido su principal asesor en temas de comunicación y agenda, sino también un hombre de máxima confianza que ha ayudado a trazar el perfil público del monarca en sus años más complejos: desde la abdicación de Juan Carlos I, hasta la crisis catalana, o la gestión de su imagen en plena transformación institucional”.
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Sobre el trabajo desempeñado por Jordi Gutiérrez al lado del rey Felipe, la experta ha resaltado que “aunque actúa en un segundo plano, quienes conocen la Zarzuela aseguran que su presencia ha sido fundamental para blindar al rey de interferencias políticas y mantener su perfil de neutralidad constitucional”.
Un trabajo exhaustivo y que facilita cada paso de los miembros de las realezas que es muy difícil de suplir. “Las manos derechas son piezas invisibles, pero estructurales, en el tablero de la realeza contemporánea. Su salida deja un hueco que no siempre se cubre con facilidad, porque más que un rol funcional, ocupan un espacio emocional y estratégico difícil de replicar. En una institución donde cada detalle cuenta, ellas son las artesanas del detalle perfecto”, ha afirmado sobre cómo no es tarea fácil buscar un reemplazo para este trabajo.
Casa Real
Una labor sobre la que la experta también ha destacado que “desde el punto de vista del protocolo, su papel es ambiguo pero crucial. No figuran en los partes oficiales, no suelen ocupar lugares visibles en los actos, pero son quienes aseguran que cada gesto, palabra o presencia de la royal esté perfectamente contextualizado”. Especialmente, tienen un papel relevante en las apariciones públicas porque "en los eventos, anticipan movimientos, gestionan imprevistos y resuelven discretamente cualquier contratiempo. Su presencia es sinónimo de previsión”.
De ahí que “no es casual que el relevo de estas figuras genere conmoción en los entornos reales. Su salida implica siempre un reajuste delicado de dinámicas internas y de confianza. Las royals, cuyas vidas están marcadas por una exposición constante y una agenda rígida, necesitan figuras que les ofrezcan no solo apoyo logístico, sino estabilidad emocional”. Porque tal y como ha afirmado Gómez Verdú “la lealtad a prueba de titulares es, quizás, su mayor mérito”.