La infanta Cristina está imparable. Después de haber superado una de las etapas personales más complicadas, marcada por la traición de su todavía marido, Iñaki Urdangarin, vuelve a mostrarse al mundo ilusionada. La decepción, el dolor y la rabia, han dado paso a un estado de equilibrio, con una mirada más amable hacia ella misma y todo lo que la rodea, como apunta Pilar Eyre en su blog de Lecturas. 

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Infanta Cristina 02

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Terapia y cambios en su rutina

La terapia psicológica y rutinas saludables como el deporte han sido esenciales para este cambio de actitud tan celebrado y del que hemos visto los signos evidentes en los últimos actos en los que ha participado y que la han devuelto a la vida pública.

Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin

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El cambio tras su ruptura con Iñaki Urdangarin

Si bien no cabe duda de que, tras su golpe sobre la mesa siguiendo adelante con el proceso de divorcio, se ha antepuesto a todo, también hay otro motor que la ha puesto en marcha y la han llevado a salir del pozo de tristeza y rabia en el que estaba sumida. Tal como cuenta Pilar Eyre, en este proceso de recomponerse que vive la infanta Cristina, "su gran preocupación son sus hijos y quiere hacerlo también por ellos".

Infanta Cristina

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La 'competición' de la infanta Cristina por sus hijos

Nuestra querida bloguera habla de "esa competición" por ganarse el cariño de sus hijos que mantienen los matrimonios recién separados, aunque en este caso, tal como nos ha hecho llegar la propia infanta, "estén en buenos términos".

Infanta Cristina y sus hijos

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La difícil tesitura de la infanta Cristina sobre sus hijos

Sin duda, no es poco lo que hay en juego, pues precisamente, es lo que más valor tiene para ella. "Cristina quiere que sus hijos también la admiren a ella. Cree que se lo merece", subraya. Recordemos las lágrimas que vertió cuando escuchó a su hijo Pablo decir que "si surge la ocasión" no tendría ningún problema en conocer a la novia de su padre.

infanta cristina

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El aspecto con el que ha tenido que lidiar durante su matrimonio

En esta misma coyuntura, Eyre también apunta un aspecto muy significativo y con el que ha tenido que 'cargar' Cristina durante su relación con Urdangarin. "Ella es el patito feo", señala, "mientras que Iñaki ha tenido una carrera brillante y además despierta compasión por su condición de ídolo caído". Los últimos actos que han marcado su regreso a la vida pública, la han demostrado el respeto, el cariño y la satisfacción de tenerla de vuelta.