Hablamos con la psicóloga, Lara Ferreiro, sobre la vida de Estefanía de Mónaco después de cumplir 60 años. La hermana pequeña del príncipe Alberto ha pasado de ser la 'princesa rebelde' a ocupar un lugar casi invisible dentro del Principado. Sin hacer ruido, fue encontrando su lugar lejos de los flashes y el glamour. Se involucró en causas sociales y eligió llevar una vida mucho más tranquila alejada del foco mediático. "No es que reniegue completamente de su título, pero sí de todo lo que implica vivir dentro de esa burbuja", nos cuenta la experta.
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Aunque nunca se ha confirmado, durante décadas se ha rumoreado que entre ellas no habría una buena relación. Lo cierto es que son muy escasas las ocasiones en las que las hemos visto protagonizar algún momento cómplice y es que siempre que coinciden cada una se sitúa en un extremo.
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La autora del libro: ¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta cree que "Estefanía se ha sentido juzgada por su hermana y en la psicología familiar es lo que se llama el conflicto congelador. No hay una guerra abierta, pero no hay un vínculo estrecho. Hay silencios, juicios internos, escasa intimidad... Ya no compiten, ya no luchan, simplemente cada una convive en su papel".
El vínculo entre Estefanía y su hermano, Alberto de Mónaco
Muy diferente es su relación con Alberto. El soberano siempre ha actuado de hermano protector con Estefanía, aunque nunca la llegó a entender del todo. Esto ha provocado infinidad de idas y venidas en su relación familiar. "Hay una base de afecto genuino", asegura la psicóloga, que destaca el papel de hermano mayor de Alberto, una faceta que choca con su papel como soberano. "Él representa el orden institucional y Estefanía el caos emocional. Están en planos muy opuestos de la vida", expone Ferreiro.
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Pero esa competición que sí existió con Carolina nunca fue así con Alberto por lo que él como heredero representa. Aunque durante su juventud, Estefanía ha podido sentir esa soledad e incomprensión por parte de sus hermanos "hoy ese vínculo es más fluido y sí que hay espacios de afectos". De hecho, el soberano no duda en arropar a su hermana pequeña en actos tan importantes para ella como la inauguración anual del circo.
El deseo de jubilarse de Estefanía de Mónaco
Recién cumplidos los 60 años, Estefanía de Mónaco ya ha hecho público su deseo de dar un aso atrás. "Siento que he dado suficiente y, sobre todo, he dicho todo lo que tenía que decir (...) De ahora en adelante, espero con ilusión algo más. Es hora de mi jubilación. Me lo merezco", anunciaba en una reciente entrevista para Vanity Fair. En su lugar, serán sus tres hijos: Louis, Pauline y Camille quienes ocupen su lugar. "¡Les toca a mis hijos tomar el relevo!", manifestaba con la convicción de que los jóvenes lo harán mucho mejor.