Kate Middleton y el príncipe Guillermo sí estarán en la coronación de Carlos III en Escocia

El 5 de julio será la fecha en la que Carlos III (74 años) vuelva a ser coronado, esta vez la ceremonia tendrá lugar en Escocia, en la catedral de St. Giles en Edimburgo. El soberano cumple así con una extensa tradición monárquica que se remonta a muchos antes. Durante el acto, le serán presentados los Honores de Escocia, que son las joyas de la corona escocesa que se llevan empleando desde en la coronación de los reyes de Escocia desde tiempos de María Estuardo.

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Durante una semana, el monarca británico estará disfrutando y visitando Escocia, de manera que ha programado esta ceremonia, mucho más sencilla que la del pasado 6 de mayo, en la misma semana para no tener que desplazarse en dos ocasiones hasta el norte. Una de las grandes novedades de esta ceremonia es que contará con el príncipe Guillermo (40 años) y con Kate Middleton (41 años), además de con la reina Camilla (75 años). 

Los príncipes de Gales acompañarán a Carlos III en esta segunda ceremonia

El soberano británico sabe que a pesar de ser el que ostenta la corona, Guillermo y Kate Middleton son fundamentales para la monarquía británica. Ellos son el futuro de la institución y muchos sostienen que realmente son la pareja que soporta el peso de la corona. Por este motivo, además de los vínculos afectivos, Carlos III ha querido que se unan a la celebración de su coronación en Escocia. 

Seguramente los príncipes de Gales no pasen toda la semana junto a los monarcas sino que acudirán como mucho, un par de días, y luego retomarán su agenda oficial. Kate y Guillermo son conocidos en Escocia como el duque y la duquesa de Rothesay.

El matrimonio también goza de los títulos escoceses de Strathearn, que recibieron el día de su boda, sin embargo, usan  los de Rothesay, porque tienen más rango. Estos títulos son inherentes a los herederos del trono escocés pero desde que 1707, cuando se unió Inglaterra con Escocia, lo ostentan los herederos al trono británico.

Así será la ceremonia de coronación de Carlos III en Escocia

Cientos de personas desfilarán para honrar al rey, son personas que representan diferentes aspectos de la vida escocesa. Habrá miembros del parlamento escocés de la Juventud, representantes de organizaciones benéficas, los premios Duque de Edimburgo y Prince's Trust, galardón creado por el propio soberano hace unas décadas. 

La ceremonia religiosa en la que serán entregado los Honores al soberano tendrá lugar en la Catedral de Edimburgo y una vez haya finalizado, se dispararán 21 cañonazos desde el Castillo de la ciudad, justo antes de que el cortejo haga el viaje de vuelta hasta el Palacio de Holyroodhouse, de donde saldrá en su inicio, también. 

Lo que recibirá, Carlos III, serán la corona, el cetro y la espada de Estado, de la misma manera que lo recibió su madre hace 70 años. La corona de Escocia tiene una gran relevancia y es una de las grandes joyas que se conservan del siglo XVI, se confeccionó para Jaime V de Escocia en el siglo XVI y a día de hoy se sigue utilizando en la ceremonia de apertura del parlamento escocés.

La Piedra del Destino estará presente también en la ceremonia de coronación en Escocia. Esta reliquia ya estuvo presente en la abadía de Westminster el pasado 6 de mayo, ya que se encontraba en el trono en el que se sentó Carlos III cuando fue coronado por el arzobispo de Canterbury. Lleva siglos utilizándose como una de las piezas principales en la coronación de los reyes escoceses. 

Hamza Yousaf, primer ministro escocés, ha informado que: "Escocia dará la bienvenida a los nuevos Reyes en julio con una serie de actos para celebrar la coronación. En Edimburgo se celebrará una procesión popular, una procesión real, un servicio nacional de acción de gracias y una salva de artillería". 

Habrá que esperar hasta el 5 de julio para ver la vestimenta que utiliza el monarca británico para recibir los Honores de Escocia, en su día, su madre, la reina Isabel II, optó por un look de día. No quiso hacer de esta ceremonia un evento pomposo, tampoco quiso coronarse, propiamente dicho, de modo que sólo tomó la corona en las manos, como símbolo de aceptación.