La decisión que han tomado Meghan y Harry de no formar parte de la corona británica les va a permitir llevar a cabo una de las cuestiones que desde que están juntos han deseado. Ahora, por fin, van a poder pasar largas temporadas en Estados Unidos. La exactriz siempre ha hablado de su deseo de vivir en su país y el príncipe Harry nunca se ha mostrado contrario a esta idea. El hecho de que durante meses vayan a vivir al otro lado del charco implica muchos cambios y decisiones en cuanto a organización. Uno de los asuntos sobre el que han tenido que decidir los duques de Sussex es qué hacer con los perros que vivían con ellos en Frogmore Cottage, su residencia oficial de Reino Unido.

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Meghan Markle

Este es un tema en el que no ha habido ninguna discusión. Los dos tenían muy claro qué iban a hacer al respecto, y es una de las primeras cosas que se han encargado de gestionar en este momento en el que tienen varios frentes abiertos. Los perros ya están en Canadá junto a Meghan Markle y el pequeño Archie. De hecho los duques de Sussex se los llevaron cuando se marcharon allí en noviembre para pasar sus seis semanas de descanso. Desde entonces permanecen allí y siempre estarán al lado del matrimonio allá donde vayan.

Meghan Markle
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Meghan siempre se ha confesado amante de los animales, incluso antes de comenzar su relación con el príncipe Harry. Los duques de Sussex tienen actualmente dos perros. Uno de ellos es Guy, un beagle que Meghan Markle ya tenía con ella antes de convertirse en duquesa de Sussex. Cuando se mudó a Reino Unido se lo llevó con ella y ahora que ha regresado a su país, también ha querido que le acompañe. El otro perro de Harry y Meghan es un labrador del que no se conoce su nombre. Se trata de una hembra a la que adoptaron hace un año y medio y que desde entonces es una más de la familia.