Carolina de Mónaco, abuela orgullosa, acompaña a su nieto Raphäel en un día muy especial

Carolina de Mónaco y Carlota Casiraghi han seguido desde la primera fila el debut del pequeño Raphäel como monaguillo de la Misa de Pascua en el Principado

Carolina de Mónaco
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Rebeca Alonso

Redactora digital de Lecturas

La Catedral de Mónaco acogió como cada año la Misa de Pascua que pone punto y final a la Semana Santa, un servicio religioso en el que Carolina de Mónaco (67 años) y Carlota Casiraghi (38 años) coparon buena parte del protagonismo. La presencia de la hermana y la sobrina de Alberto de Mónaco no se limitaba a su fe religiosa sino a la participación de Raphäel, el hijo que Carlota tuvo con el humorista Gad Elmahed, en la misa. El pequeño de trece años debutó como monaguillo, un momento muy especial al que no faltó su abuela y, por supuesto, su madre, que no perdió detalle de cada uno de sus movimientos. 

Emitido en directo por Diòcese de Monaco TV, Carolina y Carlota siguieron toda la misa desde la primera fila, y no estuvieron solas. Balthazar, el hijo pequeño de la filósofa, les acompañó en esta fecha tan señalada. Tal y como se puede ver en la imagen, Raphäel abrió la procesión del acto que presidió el arzobispo de Mónaco, Dominique-Marie David. Ataviado con la clásica sotana de color blanco y negro, y portando un cáliz de plata, el pequeño se mostró muy seguro ante los 900 asistentes. 

Carolina de Mónaco
Diocese de Monaco

Antes de su llegada al altar, Carlota y Carolina le dedicaron una mirada orgullosa, mientras que el pequeño Balthazar se mostró distraído. Con el fin de la misa, la princesa de Hannover aprovechó para charlar con el arzobispo, momento en el que seguro le mostró el gran orgullo que siente porque su nieto. 

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Alejada de las obligaciones institucionales, Carolina presume de tener una vida mucho más relajada. Volcada en su faceta como madre y abuela, ni siquiera la distancia le impide estar presente en los momentos clave de toda su familia. Cabe recordar que Andrea Casiraghi vive en Londres junto a Tatiana Santo Domingo y sus tres hijos, Carlota en París y Pierre y Beatriz Borromeo a caballo entre Italia y Francia. A la princesa de Mónaco se le cae la baba con los más pequeños y no duda en mostrar su debilidad por ellos en muchos  de los actos oficiales que comparten. 

La cuestionada posición de Raphäel Elmahed en la familia real de Mónaco

Aunque Carlota siempre ha sido muy hermética con su vida privada, siempre ha querido que sus hijos estén presentes en los actos más importantes del Principado. Raphäel fue fruto de su romance con el humorista Gad Elmahed y debido a que la pareja nunca llegó a casarse, el pequeño no cuenta con ningún lugar en la línea de sucesión al trono de los Grimaldi. 

Muy diferente es el caso de su hermano pequeño. Aunque el pequeño nació antes de que sus padres se dieran el 'sí, quiero', con el matrimonio de Carlota y Dimitri Rassam, Balthazar entró directamente en la línea de sucesión donde su abuela ocupa el tercer puesto; su madre el número 11 y él el 12.

Carlota, Carolina y Raphael
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