Coincidiendo con la celebración del Jubileo de Platino, la reina Isabel II ha manifestado un deseo de cara al futuro: que su nuera, Camilla, esposa del príncipe Carlos, ostente el rango de 'reina consorte' cuando el príncipe de Gales se convierta en rey. Las portadas de los diarios ingleses abren a toda página con esta noticia, lo que supone un cambio radical en cuestiones monárquicas y, sobre todo, una novedad adaptada a los tiempos actuales.

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Isabel II

Camilla se convertiría así en la primera reina de Inglaterra divorciada, algo impensable en la tradición monárquica inglesa. La actual duquesa de Cornualles estuvo anteriormente casada con Andrew Parker-Bowles, con quien tuvo dos hijos y del que se divorció en 1995 cuando su historia de amor con el príncipe Carlos ya era del dominio público. Carlos y Camila se casaron en 2005 y la reina les otorgó el título de duques de Cornualles, aunque Carlos utiliza el de príncipe de Gales, de mucho mayor rango, pues es el que ostenta el heredero al trono. Hasta ahora, en el caso de que Carlos llegue a ser rey, se pensaba que Camilla tendría el tratamiento de princesa, pero no el de reina.

Camilla será coronada reina al mismo tiempo que Carlos será coronado rey y tendrá el tratamiento de Su Majestad. Para Camilla, este gesto de Isabel II es muy importante, pues afianza su lugar en la familia real. Hasta ahora, ella nunca quiso llevar el título de princesa de Gales para honrar la memoria de Lady Di, madre del futuro rey de Inglaterra.

Periódicos ingleses

Los periódicos ingleses abren con la noticia de 'Camilla, reina' en sus portadas.

Gtres

Isabel II ha hecho público su deseo en el discurso que ha dirigido a las naciones de la Commonwealth. "Siempre estaré profunda y humildemente agradecida por la lealtad y el afecto que seguís demostrándome, pero, cuando llegue el momento, mi hijo Carlos será rey. Sé que le daréis tanto a él como a Camilla el mismo apoyo que me habéis dado a mí... Es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camilla sea conocida como reina consorte mientras continúa su propio y leal servicio".

Que una mujer divorciada llegue a ser reina consorte fue el gran impedimento con el que se encontró el rey Eduardo VIII, hijo de Jorge V, al que no se le permitió casarse con Wallis Simpson, una mujer divorciada, lo que propició que el rey abdicara en su hermano, el duque de York, padre de la actual soberana Isabel II. Aquel episodio histórico hizo tambalear a la monarquía británica, que parece siempre salir a flote por más escándalos que protagonicen sus miembros.