Alejandra Rubio cumple 19 años y así lo va a celebrar

Alejandra Rubio se ha ganado por méritos propios ser una celebrity a la altura de su madre, Terelu, o de su mismísima abuela, María Teresa Campos. Este domingo, Alejandra cumple 19 años y su vida ha dado un giro de 180 grados en estos últimos doce meses. Se ha independizado yéndose a vivir con su novio, Álvaro, ha dejado los estudios, se ha puesto a trabajar como relaciones públicas en una discoteca y se ha estrenado con su propio canal de televisión en Mtmad. Alejandra tiene tantas cosas por celebrar que su fiesta de cumpleaños va a ser muy distinta a la del año pasado.

Aunque es una niña que ya nació famosa y de bien pequeña se acostumbró a que periodistas y fotógrafos se ocuparan de su madre y de su abuela, no es menos cierto que le costó mucho ser ella el objetivo de los focos, algo que sucedió hace ahora 365 días, cuando cumplió su mayoría de edad y ya su rostro podía aparecer en los medios sin tener que ser pixelado. A Alejandra, esa inicial sobreexposición mediática la aterrorizó, pero pronto supo darle la vuelta a la tortilla y encontrarle sus ventajas.

El año pasado y con motivo de su 18 cumpleaños, Terelu le montó a su hija un súper fiestón en una discoteca madrileña. Como Terelu sabía que la noticia interesaba a los medios, organizó incluso un photocall por el que pasaron las Campos, otros familiares y los amigos de la cumpleañera. La cara de la pobre Alejandra era un poema. Completamente sobrepasada por la enorme expectación, Alejandra hubiera querido salir corriendo, pero aguantó el tipo como buenamente pudo por su madre y por su abuela, quienes posaban orgullosas junto a la joven.

Aquella noche, Alejandra encontró consuelo en su padre, el óptico Alejandro Rubio, con quien la hija de Terelu guarda una gran complicidad. Alejandro no faltó a la fiesta, como tampoco faltará este año en su 19 cumpleaños.

Hace un año, Alejandra acabó huyendo del photocall, tras posar varios minutos ante los fotógrafos, víctima de un pequeño ataque de ansiedad. Seguramente creyó que así sería su vida a partir de entonces. Por suerte para ella –y para cualquiera en su misma situación–, eso no fue así y Alejandra no solo puede llevar una vida normal junto a su novio, sino que desde su canal de televisión y desde las redes sociales ha conseguido tener una legión de fans que la adoran.

Este año, sin embargo, su fiesta de cumpleaños poco o nada va a tener que ver con la del año pasado. Para empezar, no la organiza Terelu, sino que la ha montado la propia Alejandra, eso sí, como buena alumna de su madre, también ha convocado a la prensa y va a haber el consabido photocall. ¿Qué será distinto? Primero, el local, ya que en esta ocasión la súper fiesta va a tener lugar en la discoteca en la que trabaja como relaciones públicas de la que es socio Kiko Matamoros. Para Alejandra, que su fiesta de cumpleaños tenga repercusión mediática va a ser una muy buena publicidad para el local, algo que gustará mucho a sus jefes.

Otro detalle, no menos importante, por la que su fiesta de cumpleaños será muy distinta a la del año pasado tiene que ver con la actitud de Alejandra. Si el año pasado acabó con lágrimas en los ojos, asustada, por el bombo y platillo que supuso su mayoría de edad, este año si Alejandra llora será de felicidad y de emoción, por comprobar cómo le quiere la gente. Seguro que a la hora de soplar las velas del pastel en sus deseos figurará el seguir siendo tan feliz como lo es ahora mismo.

Alejandra, a punto de despedir sus 18 años, ha demostrado ser una mujer muy madura. En estos últimos doce meses, la vida de las Campos ha estado marcada por el segundo cáncer que se le diagnosticó a Terelu y a la difícil recuperación de la doble mastectomía a la que se sometió la madre de Alejandra. La joven no se separó de su madre mientras estuvo en el hospital y en los primeros días de recuperación en su casa. Terelu recordó que con su primer cáncer, Alejandra apenas tenía 12 años, pero en esta ocasión, con 18, la angustia por la salud de su madre de apoderó de ella. Alejandra, por supuesto, aguantó el tipo con una madurez y una fuerza encomiables.

En su canal de televisión, Alejandra entrevistó a su madre y allí supimos qué cosas las unen y qué cosas las diferencian. Lo primero, es obvio, sus estilismos, aunque Alejandra reconoció que le quita mucha ropa a su madre. En otra entrevista que Alejandra le hizo a su abuela, la joven admitió que le quitaba los bolsos. ¿Y en qué se parecen Alejandra y su madre? En el carácter, que las dos tienen un pronto que mejor que no te pille delante si, de repente, se enfadan.

En estos últimos doce meses, otro de los grandes cambios que ha habido en la vida de Alejandra es que se ha ido a vivir con su novio, Álvaro, a un piso de Malasaña. En uno de los episodios de su canal, Alejandra nos mostró cómo es el piso en el que viven. Lo que viene siendo un 'home tour', vamos.

Quizá este año sea el de la boda de Alejandra, que ya tiene su anillo de compromiso. Claro que eso de que su hija se case tan joven no le hace ninguna gracia a Terelu, que piensa que con 19 años que está a punto de cumplir, lo que tiene que hacer su niña es disfrutar de la vida. Ahí, las cosas como son, le damos toda la razón a Terelu. Anda que no tiene años por delante Alejandra para pensar en bodas.