Thelma y Louise, las protagonistas de 'Tomates verdes fritos', Renee Zellweger y Catherine Zeta-Jones en 'Chicago'... A la lista de parejas célebres de amigas hasta el fin se ha sumado ahora la formada por Alba Carrillo y Laura Matamoros en 'Supervivientes 2017'. ¿Realidad o estrategia? Mientras nos debatimos en la duda hasta la final del 'reality', ellas, 'borrachas' de bebida isotónica y de felicidad por haber llegado tan lejos en esta aventura, se confiesan amistad y cariño más allá de Honduras.

Lo que parecía increíble al principio del concurso ha ido evolucionando paulatinamente, como en una película con final feliz en la que las protagonistas están condenadas a entenderse. Aunque aún queda un último episodio por escribir y puede pasar de todo.

Alba y Laura han hecho piña. Son las únicas chicas que quedan en la isla y han visto que tienen que hacer frente común y demostrar que no cumplen con el tópico manido de 'sexo débil'. Las dos amigas compartían chapuzones y confidencias en un momento en que es fácil caer en el derrotismo. Se han animado y han asumido por qué han llegado hasta la semifinal. "He sido buena concursante, por eso he llegado hasta aquí", decía Laura Matamoros en referencia a las dudas que había despertado en sus compañeros el hecho de que haya conseguido ser finalista directa.

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A un paso del final

Pero Alba tenía algo más importante que expresarle a su amiga. Mucho más importante que haber superado todos los obstáculos que las han puesto a prueba: "Has conseguido algo muy difícil, mucho más que pescar un pez y es que yo te coja cariño". A ambas se les ha deshecho el corazón ante esa confesión y se han fundido en un abrazo.

Un momento que jamás imaginábamos que iba a ocurrir. Y menos después de aquel 'broncón' entre ellas, más devastador y violento que un tifón. Aquella agria discusión en mayo dejó frases tan duras como la que le dirigió Laura a Alba: "Vendes como follas". Alba estuvo a punto de abandonar el concurso, pero quien finalmente decidió marcharse fue su madre, Lucía Pariente. Alba se relajaba y empezaba otro concurso diametralmente distinto al que había estado haciendo y se creo la situación idónea para que acercara posturas con Laura. Lo que hubiera acabado sucediendo lo aceleraron unas brasas que Alba Carrillo pisó. La hija de Kiko Matamoros se mostró muy preocupada por la herida de la modelo y ambas decidieron no solo enterrar el hacha de guerra, sino ser la defensora de la otra, como quedó demostrado cuando Laura se enzarzó en otra bronca, pero esta vez contra Leticia Sabater.

"Estoy descubriendo a una persona que creo que es bastante importante aquí y fuera creo que también lo va a ser", confesaba la finalista con la esperanza de que su amistad continúe en España. Y es que, como ellas mismas piensan: tiene más mérito soportarse la una a la otra "que haber pescado 20 peces, porque somos inaguantables".